Creo que han sido pocos los medios de comunicación que han aprovechado las coyunturas electorales para hacer un seguimiento puntual, productivo, que rebase o trascienda la simple entrevista ‘banquetera’ / La relación medios-poder en Puebla es más fuerte que la relación medios-sociedad / Los medios de comunicación están para hacer escrutinio público, están para vigilar a la autoridad, incluso están para evitar sus abusos»

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Xavier Rosas

@wachangel

Para Roberto Alonso, secretario de la Asociación Mexicana del Derecho a la Información capitulo Puebla, no hay duda, la dependencia de los medios de comunicación a los recursos públicos daña a la sociedad:

“Me parece que no habla bien de una democracia. Habla, en todo caso, de un régimen democrático muy pobre y muy acorralado, en donde el pluralismo informativo es más bien una ausencia”.

Y puntualiza: la ciudadanía debería “desconfiar de los medios que tienen vínculos cercanos al poder”,  y señala que en el caso poblano, hay una “crisis del ejercicio periodístico”,  debido en gran parte a que muchos medios en Puebla «ejercen un periodismo flojo, un periodismo cómodo, un periodismo mal acostumbrado”.

En una larga entrevista con Lado B, el maestro en Políticas Públicas por la Universidad Iberoamericana, cuestiona en general el papel que los medios de comunicación y los periodistas han tenido durante los procesos electorales, “me parece que han quedado a deber, en general”.

Como parte de la serie de entrevistas “la simulación del periodismo”, el académico y especialista en temas de transparencia señala también que los medios han privilegiado la relación con el poder, antes que con la sociedad, y eso, apunta, se refleja en los convenios publicitarios, aunque reconoce también que la sociedad tiene responsabilidad en ese distanciamiento al no cuestionar ni exigir mejores contenidos.

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Reportero (R): ¿Cuál ha sido el papel de los medios de comunicación locales en los periodos electorales?

Roberto Alonso (RA): Creo que no podríamos generalizar el papel de los medios de comunicación, habría primero que distinguir tanto su expresión televisiva, su expresión radiofónica, su expresión impresa, y ahora la expresión en Internet de tantos portales que han surgido en los últimos años.

Pero me parece que el periodo electoral en todos lados es un periodo de ‘río revuelto’, y en río revuelto parece que los medios han sacado provecho sobre todo en términos económicos y de la generación o establecimiento de alianzas entre medios de comunicación y ciertos actores políticos.

Naturalmente, al hablar de actores políticos en Puebla nos referimos a actores sustancialmente de dos partidos: el PRI y el PAN, los otros partidos no pintan mucho en la escena local, salvo los que puedan sacar provecho con alguno de estos grandes partidos; tal es el caso de Nueva Alianza, que es sabido que su líder estatal es dueño de un medio de comunicación, y eso ya nos da una pista, un indicador de una relación cercana, estrecha, que existe entre medios de comunicación y actores políticos.

Creo que han sido pocos, en general, los medios de comunicación que han aprovechado las coyunturas electorales para hacer un seguimiento puntual, productivo, que rebase o trascienda la simple entrevista ‘banquetera’, la declaración de los políticos, el mitin, el discurso,  el cierre de campaña, el inicio de la campaña, los ataques, la guerra sucia.

Han sido pocos los medios que han, yo no quiero decir que no lo hagan, no me parece que mi planteamiento sea en ese sentido, sino que hayan trascendido. No es que lo dejen de hacer, pero sí que vayan más allá y hagan un periodismo mucho más comprometido con la sociedad, que si lo vinculamos a la coyuntura electoral estamos hablando de electores.

Me parece que han quedado a deber, en general, hay algunas excepciones naturalmente. Hay quienes no han quedado a deber, pero en su generalidad tienen una deuda los medios de comunicación locales con la sociedad en tiempos electorales, con los electores, quienes tienen en sus manos la posibilidad de sancionar a un partido político, de reconocer o de apostarle a una opción política diferente a la que está gobernando.

Me parece que ha sido pobre, al mismo tiempo, el periodismo que hemos podido consumir en los últimos años.

R: Líneas editoriales que han sido cooptadas por algunos convenios, publicidad disfrazada. ¿Has visto compromiso por parte de los medios para con la sociedad?

RA: Me parece que ha sido muy pobre el compromiso con la sociedad. La relación medios-poder en Puebla es más fuerte que la relación medios-sociedad, es una realidad que no podemos pasar por alto y  que revela el lugar incorrecto que han tomado los medios de comunicación.

Los medios de comunicación están para hacer escrutinio público, están para vigilar a la autoridad, incluso están para evitar abusos de la autoridad. Fueron pensados, la prensa en sus inicios, como un contrapeso a la autoridad, a los actos de la autoridad, y me parece que esa expresión en la actualidad debería tomar la forma de una vigilancia muy escrupulosa de lo que hacen los actores públicos.

A los medios no les toca estar junto al poder, hay que desconfiar de los medios que tienen vínculos cercanos al poder, y cuando hablo del poder hablo tanto del gobierno Ejecutivo, que es el más visible a nivel nacional, pero también de la clase política que también tiene una expresión en los Congresos, el caso local el Congreso de Puebla, y de las dirigencias de los partidos políticos, así como también de otros actores que juegan un papel importante como lo ha sido en la escena local la universidad pública, no podemos ser ingenuos.

En la época reciente tenemos a dos rectores que se han convertido en candidatos a la presidencia local. La universidad pública se ha convertido en un polo de atracción para los medios locales, para establecer alianzas a partir de las cuales se ha cuidado la imagen de los últimos dos rectores.

Me parece que tampoco podemos pasar por alto la presentación del Índice de Publicidad Oficial, en el que se revela este reacomodo que ha tenido el paisaje mediático en Puebla. Ha sido interesante cómo se ha utilizado el gasto que ejercen los gobiernos, particularmente el gobierno estatal, en la difusión de sus obras, de su imagen, cuando hay tiempo de informe de gobierno, de las acciones que lleva a cabo, de los programas y las políticas públicas en curso, y ha habido un uso discrecional de estos recursos.

De tal suerte que en cada sexenio podemos identificar los medios consentidos y los medios perseguidos, así como los actores políticos y, regreso al planteamiento de la BUAP, que finalmente la visualizo como un actor político también que, digamos, salva a aquellos medios castigados por el gobierno del estado vía los recursos públicos que tiene la universidad a su alcance. Digamos que ha logrado que ciertos medios se sostengan o al menos no desaparezcan.

R: Al hablar del uso de los convenios, generalmente tiene que ver con la intervención en las líneas editoriales. ¿Cómo debiera funcionar el papel de los convenios para hacer periodismo?

RA: El hecho de que se ejerzan de esa manera, como lo has dicho y que coincido sobre los convenios, supone una privatización de lo que es público, porque un actor político que utiliza recursos públicos no puede condicionar, no debería condicionar el recurso a la línea editorial porque no es su recurso, es un recurso que proviene de la bolsa de todos los que pagamos impuestos, entre otras cosas.

Son recursos recaudados tanto a nivel estatal como a nivel federal, y el hecho de que se utilicen a discreción, ya sea el autor individual o la institución como actor colectivo que tiene a su disposición esos recursos, digamos que es un esquema de obtención de utilidades personales a través de una inversión que no es de ese actor. Entonces esa es una perversidad mayúscula que debería estar sancionada.

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Me parece que es perjudicial, es dañino en una democracia que el principal sostén de los medios sean los recursos públicos. Me parece que no habla bien de una democracia, habla en todo caso de un régimen democrático muy pobre y muy acorralado, en donde el pluralismo informativo es más bien una ausencia, y donde podemos encontrar líneas editoriales extremas, cosa que es lo que encontramos en Puebla: quienes simpatizan con el gobernador y quienes critican al gobernador.

Difícilmente vemos otro tipo de líneas editoriales que salgan de esa lógica, que ya no giren alrededor de ese núcleo que se ha convertido en un núcleo importante como lo es el gobierno del estado.

¿Cómo hacerle para fomentar el periodismo de investigación?, me parece que regulando esos recursos públicos, estableciendo en principio, no es un planteamiento mío, es de muchos actores de la sociedad civil que han retomado incluso algunos actores políticos, estableciendo criterios de asignación de la publicidad oficial, criterios claros, objetivos, medibles, transparentes.

Es decir, que se utilice el recurso público que se entrega a un medio de comunicación en función de sus lectores, en función de su público, y que determinada obra, programa, política, actividad del gobierno que desea el gobierno se consuma por cierto sector de la población, pues entonces debe decidir en función del target, del objetivo poblacional con el medio con el cual le convenga para tal efecto.

De esa manera se podría comenzar a eliminar o erradicar esa perversidad que existe, que impide un ejercicio periodístico comprometido y que impide incluso en toda su potencialidad de un derecho humano como lo es la libertad de expresión, al quedar ésta condicionada o incluso secuestrada por este uso privado de un recurso público.

R: ¿Consideras que estamos en una crisis de la información?

RA: A nivel local me parece que estamos en una crisis del ejercicio periodístico más bien. A riesgo de enfadar a algunos, me parece que algunos, y quiero hacer esta acotación, hay algunos medios que son la excepción, pero hay muchos medios en Puebla que ejercen un periodismo flojo, un periodismo cómodo, un periodismo mal acostumbrado.

Es un mal indicador y además de vergonzoso, indigno del ejercicio periodístico, que un boletín de prensa se convierta en una nota de ocho –columnas-, y eso lo vemos cotidianamente en Puebla.

Es la labor naturalmente de una oficina de Comunicación Social dejar bien parados a sus titulares, a los gobernantes. Es decir, utilizar la información a conveniencia, jerarquizando de tal manera que pueda haber rentabilidad política.

Están en su derecho me parece, siempre y cuando no haya manipulación y haya información contextualizada, pero es inconcebible, es mal síntoma, que un periódico utilice un material, una pieza informativa que no es propia, como nota principal; o peor aún, que los medios se dejen influir por los actores encargados de tener esta vinculación con los medios de comunicación, es decir, las oficinas de Comunicación Social, en función de que se privilegia determinada imagen, se privilegie determinada declaración o determinada jerarquía de la información.

Cuando una oficina de Comunicación Social es capaz de decidir el lugar que va a ocupar la información en un periódico impreso, en un portal en Internet, cuando una oficina tiene a su alcance la posibilidad de que el medio publique la fotografía en la que mejor sale el gobernador, el secretario, el diputado o el magistrado, estamos lastimando el derecho a la información, estamos lastimando la libertad de expresión y estamos ofreciendo naturalmente una cobertura informativa muy pobre a los ciudadanos.

Ahora, me parece que también la sociedad es co-responsable en este sentido. Si la sociedad tolera este tipo de prácticas, si la sociedad ejerce su voto en función de este tipo de prácticas, si a la sociedad le importa más la forma que el fondo, pues entonces digamos no hay mucho que hacer en el corto plazo y más bien hay una tarea titánica de alfabetización mediática, de análisis de la información, y de análisis del juego político que existe y de esta relación tan deformada, para mal, entre medios y gobierno.