Lado B
EL ESCRITOR SE ENFRENTA A SÍ MISMO Y NO AL LECTOR
Una breve charla con Jorge Alberto Gudiño, el ganador del premio Lipp la Brasserie de Novela 2011
Por Lado B @ladobemx
15 de marzo, 2013
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JorgeAlbertoGudiño1

Foto: lainformación.mx

Eric David Montero

@ericdmontero

“Cuando se enteran que soy Ingeniero en Cibernética la gente pone cara de extrañeza”, dice Jorge Alberto Gudiño, ganador del premio Lipp por su novela con Amor tu hija (Más feliz que yo) publicada en 2011. Y afirma: “no tendríamos porqué limitarnos a ejercer de por vida algo que decidimos en algún momento de nuestra juventud”.

“Cuando yo decidí estudiar ingeniería yo sabía que la literatura me encantaba, y justo por eso no estudié literatura porque no quería que nadie me dijera qué leer, si no que quería seguir leyendo en el orden que yo quisiera, aunque eso a la larga creo huecos metodológicos en mis lecturas por los cuales no me arrepiento”.

Afirma que su inclinación por contar historias lo inició como todo narrador, cuento tras cuento hasta conseguir su primer novela la cual fue publicada en una editorial que ya no existe hoy en día.

Para el autor de Los trenes no van al este en el proceso de escritura el escritor se enfrenta a sí mismo, “fui a comer con mi editor y llegué con mucho temor por saber qué era lo que me iba a decir de mi próxima novela que ya no es la primera, que ya es la quinta o la sexta y me sigue pasando”.

“El acto de los lectores es una venturosa casualidad o coincidencia, además los lectores no están garantizados desde ninguna perspectiva, y en ningún momento, salvo que después se vuelva uno algo así como un escritor de Bestsellers. Es muy probable que uno ni siquiera esté seguro de que se va a publicar.

Gudiño es un escritor que no le teme a la crítica ni a los comentarios de los lectores. Todos los recibe con mucha gratitud, porque finalmente el acto del lector es un complemento y no un enfrentamiento.

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Foto: salondeletras.com

Cuando Jorge Alberto escribe Con amor tu hija estaba pensando en la felicidad como tema, “quería explorar eso, cuando quiero explorar algo escribo al respecto, entonces en un primer momento esa novela era una novela entorno a la felicidad de hecho el primer título fue Mucho más feliz que yo, sigo convencido que es una novela que habla sobre la felicidad, o sobre la infelicidad o sobre la capacidad de hablar sobre ella”.

El asunto sobre el gusto que un hombre tiene por su hija, no lo presenta como una filia si no como una consecuencia de los actos y de la relación que tiene los dos personajes. “Por mucho que uno pudiere, sentir alguna especie de atracción por alguna atracción tan cercana como es la hija normalmente esas formas de atracción suelen reprimirse”.

Para el también docente de la Universidad lberoamericana lo ficticio y la realidad son dos mundos que no están disociados, ambos tienen un montón de vasos comunicantes “no se puede pensar en un personaje de ficción, es más ni siquiera de fantasía que no tenga características –algunas- que en realidad comparta con personas. Pero no necesariamente una persona que yo conozco tiene que ser el protagonista de mi novela pero los personajes de mis novelas, son una síntesis de muchas personas”.

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Autor Lado B
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