Cuando me preguntan cuál es mi estilo, realmente no lo puedo definir; sin embargo, puedo decir que son 3 las cosas que más me motivan a la hora de fotografiar una boda:

• Me encanta acercarme lo suficiente para hacer sentir a todos los que ven las imágenes que son parte de la boda, de las lágrimas, los abrazos, las risas; es decir, lo suficientemente cerca para que puedas percibir cada sentimiento tanto de los novios como de los invitados.
• Capturar momentos completamente auténticos, espontáneos, y llenos de emociones, sin importar el instante en el que sucedan, mientras arreglan a la novia, en la ceremonia religiosa o si están sirviendo los chilaquiles.
• Composiciones que conmuevan y propongan un lenguaje, poder contar la historia con una sola imagen.

Ésta es mi fotografía, mi pasión y la manera que he encontrado de esforzarme por ser mejor cada día, como fotógrafo, hijo, pareja y ser humano.

Soy un tipo bendecido enormemente por Dios, con gran amor por la vida y que disfruta sencillos placeres como un domingo con la familia, una buena película, dormir hasta tarde, un buen corte de carne, salir con los amigos, reencontrar a una buena amistad, reír hasta que duela detrás de las orejas, besar a mi pareja y sobre todo presenciar y documentar detrás de mi cámara historias de amor llenas de imágenes que te hagan reír, llorar, suspirar, y causarte toda clase de emociones al recordar uno de los días más especiales en tu vida, tu boda.