Lado B

El conflicto en Siria ha tomado matices cada vez más violentos. Este martes se dio a conocer el uso de armas químicas en un ataque perpetrado en la localidad de Khan al-Asal, en la norteña provincia de Alepo, hecho en el cual murieron por lo menos 26 personas y otras 110, entre ellas varios niños, sufrieron algún tipo de afectación.

Hasta el momento tanto el régimen Sirio como los rebeldes se han acusado por el empleo de dicho armamento. El ministro de Información sirio, Omran Al Zoubi, acusó a las  facciones como el Frente Al Nusra, grupo yihadista afiliado a Al Qaeda, y que apoya a los rebeldes, de estar tras el uso de materiales químicos, dio a conocer El País.

“Supone un cambio peligroso en el rumbo de los acontecimientos en Siria en el nivel militar y de seguridad (…) Es un caso insólito, comparado en lo acontecido en el mundo en los pasados 50 años, que se use un arma prohibida internacionalmente de forma pública y de ese modo”, señaló.

Sin embargo, las agencias de inteligencia occidentales no tienen indicios de que los rebeldes dispongan de arma química alguna. El comandante rebelde Qassim Saadeddine, portavoz del Consejo Superior Militar en Alepo y del Ejército Libre de Siria (ELS), aseguró: “no tenemos ni misiles de largo alcance ni armas químicas. Y si los tuviéramos, no los usaríamos contra un objetivo rebelde”, en declaraciones a AFP.

Por su parte, Naciones Unidas (ONU)  guardó distancia sobre el uso de armas químicas en Siria, a pesar que el régimen de Bashar al Asaad exigió a este organismo tomar cartas en el asunto luego de acusar a los rebeldes de haber empleado dicho armamento.