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¿Y dónde está Haneke?
Acaso en una absurda antesala, o en el limbo, o con Wenders. Está, evidentemente, rezagado, o relegado, o de plano, ignorado. Michael Haneke, eso es seguro, no está en Puebla, al menos no de momento. Aparentemente, no han sido suficientes sus dos Palmas de Oro (máximo galardón) en el Festival cinematográfico de Cannes (el de mayor prestigio a nivel mundial); la ganadora en 2012, Amour, sigue ausente de las pantallas poblanas cuatro semanas después de su estreno en salas comerciales.
Por Lado B @ladobemx
18 de febrero, 2013
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Hugo León Zenteno

@hugoleonz

Acaso en una absurda antesala, o en el limbo, o con Wenders. Está, evidentemente, rezagado, o relegado, o de plano, ignorado. Michael Haneke, eso es seguro, no está en Puebla, al menos no de momento. Aparentemente, no han sido suficientes sus dos Palmas de Oro (máximo galardón) en el Festival cinematográfico de Cannes (el de mayor prestigio a nivel mundial); la ganadora en 2012, Amour, sigue ausente de las pantallas poblanas cuatro semanas después de su estreno en salas comerciales.

Este hecho suscita una serie de reflexiones sobre la distribución y exhibición fílmicas en nuestro país y las implicaciones de ambas en las oportunidades para tener acceso a una oferta más diversa de películas. De entrada, y se habla poco de ello, existe un oligopolio en la exhibición de cine, lo que supone una serie de prácticas de carácter preponderantemente comercial a la hora de programar el séptimo arte en el territorio nacional. Una de ellas, es la de absorber a competidores de menor tamaño (como fue el caso de MM Cinemas y Lumiere), con lo cual la propuesta de cintas se hace más homogénea.

Otro punto a considerar es el perfil del público cinematográfico en Puebla. De entrada, no es de soslayar que se trata de la cuarta zona metropolitana más grande del país, lo que la coloca, al menos por su cantidad de habitantes, con un robusto potencial en términos de variedad de audiencias. Aunado a ello, la Angelópolis se ubica en el segundo lugar nacional en cuanto a número de instituciones de educación superior, lo cual conlleva una nutrida suma de estudiantes, profesores y académicos ávidos de otro tipo de cintas. Dado este contexto, sigue siendo inexplicable el retraso en el estreno del mencionado film, y peor aún, la descarada omisión para proyectar el fabuloso documental Pina, filme en tercera dimensión dirigido por el connotado Wim Wenders, donde rinde un sentido homenaje a la coreógrafa alemana Pina Bausch.

De tal manera, en este siglo XXI podemos asistir a un sinfín de multicinemas, sólo para observar marquesinas que revelan unicarteleras, donde predominan los petardos, los lugares comunes y las historias recicladas. Haneke, allí, no tiene lugar.

*Académico en las áreas de Periodismo y Comunicación. Docente universitario en la Universidad de las Américas y en la Universidad Iberoamericana Puebla. Analista y conferencista de Media y News literacy; consultor en gestión de información para cibermedios y en Calidad académica; editor y productor de contenidos en deporte, cultura y viajes. Su línea de investigación académica es historia del deporte y del olimpismo.

Vive en la ciudad de Puebla; gusta del beisbol, el chocolate y la lluvia.

Correo electrónico: hugoleonz@gmail.com

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