Lado B
La “Coca-Colización” de México, la chispa de la obesidad
 
Por Lado B @ladobemx
05 de febrero, 2013
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María Verza | Periodismo Humano

Es día de fiesta en los Altos de Chiapas, la sierra que rodea San Cristóbal de las Casas. La escuela de San Pedro Chenalhó es el epicentro de las actividades porque tiene un amplio gimnasio que se reconvierte en salón de usos múltiples. Da igual cuál sea la celebración, cuál sea el pueblo, la escena se repite invariable. Lo primero que llama la atención es la cantidad de cajas de Coca-Cola se apilan en la puerta. Son las diez de la mañana. El público se acomoda con tiempo, para coger buenos sitios y ver las actuaciones de sus niños. Varios voluntarios van destapando y ofreciendo el refresco, que en esta zona suele ser de mayor tamaño que en la ciudad. Cortesía municipal. Todos cogen uno. El único requisito es poder con la botella de medio litro que, a veces, parece más grande que los niños que la sostienen. Claro que si no, hay otra opción: las propias mamás se las sostienen o echan su contenido en los biberones, para que sea más fácil.

Tomada de periodismohumano.com/

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En eso unos pequeños llegan hasta el centro de la cancha. Su referencia es situarse donde está dibujada la marca de la refresquera y bailar alrededor del círculo. Si un extraterrestre llegara en ese momento seguro que pensaría que Coca-cola era algo terriblemente importante para los terrícolas. Entre actuación y actuación, una señora ofrece unas galletas para acompañar. Todos están contentos. Los niños lo están haciendo muy bien y ese día se ahorran el almuerzo, algo importante en una región donde la pobreza afecta a ocho de cada diez personas y la desnutrición y el hambre a tres de cada diez.

La escuela de San Pedro Chenalhó está en la carretera que une San Cristóbal de las Casas con Pantelhó (a poco más de 60 km de la ciudad colonial). Durante el trayecto, los colores blanco y rojo destacan entre el verde de la sierra. Casi todas las tiendas –cuando no simples casas- están decoradas en esos tonos porque así les sale gratis la pintura. Coca-Cola Femsa (la filial mexicana que es la mayor embotelladora de Coca-Cola del mundo, con 2.600 millones de cajas en el año 2011 y da servicio a toda América Latina) sabe que estas zonas indígenas y empobrecidas son un importante mercado y por eso opta por anuncios en las lenguas autóctonas y ha convertido los tradiciones letreros que dan la bienvenida a una localidad en grandes carteles publicitarios.

Lea el reportaje completo aquí.

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