Lado B
El papel de las mediadoras africanas para frenar la ablación
 
Por Lado B @ladobemx
06 de febrero, 2013
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En 2009 se estimaba que cada hora alrededor de 300 niñas sufrían la ablación, es decir, se les practica una excisión o circuncisión femenina también conocida como mutilación genital femenina (MGF), hecho que no obedece a ninguna razón médica, sino a la cultura o religión de algunas regiones de África. Actualmente, las cifras han disminuido debido a la participación de las mediadoras africanas, sin embargo aún continúan llevándose a cabo estas prácticas.

A sus 44 años, Fátima Djarra se ha convertido en una de las mediadoras africanas y portadoras del mensaje de la campaña de Médicos del Mundo, referente a terminar con esta costumbre que actualmente afecta a más de 100 millones de mujeres y niñas en el mundo.

La campaña se centra en la prevención de esta acción, pero también en brindar tratamiento a las complicaciones sanitarias y psicológicas derivadas de dicha práctica.

Nacida en la capital de Guineea-Bissau, Fátima Djarra también forma parte de las estadísticas que ha dejado esta práctica en países africanos: «nos metieron en el bosque a unas 300 niñas, estábamos solas, pero bailamos y cantamos… luego llegó lo difícil», recuerda.

Y es que la ablación o mutilación genital femenina (MGF) es conocida en la cultura africana como entrar en «la sociedad secreta de la mujer».

Fue entonces cuando comenzó a involucrarse con asociaciones de mujeres, a compartir experiencias con mujeres que, como ella, habían pasado por la ablación. Médicos del Mundo comenzó hace años una campaña para que fueran las propias mujeres africanas las que hablaran de la mutilación y enrolaron a Djarra para hacer fuerza. «Las mediadoras somos fundamentales», cuenta, «hablamos el mismo idioma, tanto verbal como no verbal».

Por eso defiende su misión. Puede ayudar a otras mujeres porque ella ha vivido lo mismo. En su familia, como en muchas otras, la mutilación era algo beneficioso. Su propia tía la realizaba. Hoy, sus sobrinas no han pasado por ese trance. Las cosas están cambiando también en África. «La gente ya no se cree que tu hija no se vaya a casar si no la mutilas».

Djarra sabe que hablar de estos temas con otras mujeres es muy difícil. Lo que pasa en el bosque se queda en el bosque y no se habla fuera de allí. «Nos han educado para no sufrir». A pesar de eso, por sus manos han pasado más de 300 mujeres de muchas etnias africanas de 19 países. Reconoce que la generación presente aún está en peligro, por el choque cultural y la presión que tienen las familias cuando van de viaje a sus países. «Por eso les explicamos que en España es ilegal, y comparamos las leyes de cada país».

«Hay africanos que aún se escudan para defender la mutilación genital en que lo pone el Corán o en la tradición, pero no es verdad, no está escrito en ningún sitio», explica. A esas personas que aún defienden esta práctica, Djarra les aconseja que miren a las mujeres y piensen en su bienestar. Les recuerda que muchas mueren por hemorragias o en el parto o viven con secuelas psicológicas toda su vida.

Continúe leyendo el texto completo publicado en El País en el siguiente link.

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