Lado B
El extractivismo amenaza a los indígenas en Puebla
 
Por Lado B @ladobemx
12 de febrero, 2013
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Jaime Quintana Guerrero | Desinformémonos

México. Ante la amenaza que representa el trío compuesto por ciudades rurales, minas e hidroeléctricas, los indígenas de la Sierra Norte de Puebla protagonizan la defensa de su territorio en movilizaciones y asambleas, que se extienden por diferentes comunidades. La reciente agresión a los opositores a la presa en Olintla es solamente un eslabón en la estrategia para implementar megaproyectos interconectados en esta zona.

“Estamos en una etapa de resistencia contra las empresas; diferentes actores se están articulando y generan información para los pueblos”, indica Gabriel Hernández García, del Centro de Investigación y Capacitación Rural (Cedicar). Las empresas con mayor capital en los proyectos de la Sierra son FRISCO, de Carlos Slim, y Comex Hidro, que recibe capital estadunidense.

En febrero de 2011, la empresa Comex Hidro quiso imponer una hidroeléctrica a indígenas chinantecos del estado de Oaxaca -de los ejidos Los Reyes, Santa Úrsula y Paso Canoa-, que se resistieron.

Para oponerse a las imposiciones de estas empresas surgió el Consejo Tiyat-Tlali (Tierra, tierra) por la Defensa del Territorio, que articula, a la Cooperativa Tosepan, la Unidad Totonaca Náhuatl (UNITONA) y la Universidad de Tierra, entre otras organizaciones.

Foto: EsImagen

Foto: EsImagen

Las minas y la tierra

En Puebla, 25 por ciento del territorio está concesionado por el gobierno federal a empresas mineras, tanto nacionales como extranjeras, pues en el sexenio de Vicente Fox se autorizaron 271 títulos para explotar 817 mil 148 hectáreas, según la Dirección General de Minas de la Secretaría de Economía.

El gobierno estatal ha dado concesiones para la minería a cielo abierto y la construcción de hidroeléctricas que abastecerían las minas en  los municipios de Huehuetla, Cuetzalan, Zacapoaxtla, Tetela, Zautla, Zapotitlán de Méndez, Tlapacoya, Hermenegildo Galeana y Zaragoza, en la Sierra Norte de Puebla.

 “Un factor  clave para la entrada de las mineras es que en la Sierra Norte no existe la propiedad social de la tierra, no hay ejido ni comunidad, todos son pequeños propietarios”, explica Gabriel. “La empresas entran con un convencimiento individual, no existe una asamblea ejidal o comunal. Les ofrecen caminos, dinero, y de esa  manera entran”.

La violencia, la falta de acceso a la justicia y el aumento de la miseria son grandes problemas que existen en la Sierra Norte, que comprenden una marcada represión por parte de grupos paramilitares. Además, la agricultura de subsistencia y la producción de café -principales actividades económicas de la población- no satisfacen las necesidades de la población; a esto se suma la oferta de dinero a las comunidades para la venta de tierras.

Lea el reportaje completo de Desinformémonos aquí.

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