Lado B
Ese estúpido y sensual instinto [o cupido es un idiota]
Por Lado B @ladobemx
31 de enero, 2013
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Tuss Fernández

 

@ituss79

 

De mi historia a tu lado, regálame un momento de olvido.

Hace 14 años que me casé. Ni crean que fue en 14 de febrero y que a esos niveles llega mi cursilería… bueno, piénsenlo, al fin que no iba a hablar de eso.

Quedamos en que un día me casé y siete años después, mientras yo compraba cigarros en la tabaquería de un Sanborns, una silueta blanca se me atravesó por las pupilas y me enamoré.

Así recordé que los bisexuales tenemos la debilidad de sucumbir ante cualquier género [hecho del que fui consciente desde mis primeros años] y entre nubes y música de violines inicié una relación con una persona del mismo sexo.

Ya antes lo había hecho, pues, pero este no fue un vil enamoramiento preparatoriano, no. Fue un amor rosa, intenso y desgarrador que llegó a su fin luego de tres años.

Durante tres años salí de tantos clósets como pude y hubo otros de los que jamás logré salir. Tardé tanto en desaprender lo aprendido durante años, tanto cliché, tanto estereotipo, tantos apegos que se construyen desde los conceptos errados, que terminé perdiendo el amor de esa persona a la que tanto he amado.

Me deprimí por meses y me receté un autoexilio.

Para cuando regresé, había repasado una y otra vez todos mis errores hasta el cansancio así que cuando inicié una nueva relación, me esmeré en no cometerlos de nuevo.

En menos de una semana yo había salido de todos los closets públicos y privados. A los quince días se había mudado a mi casa y teníamos una rutina digna de una pareja de 15 años de relación, además de un gato y un perro. En dos meses, habíamos subido, bajado y recorrido casi tanto trecho como en los siete años de mi primer matrimonio [este cuenta como el segundo].

Voilá, tenía la relación perfecta hasta que un día de tantos me dijo ‘te amo’ y no supe qué contestar. Luego me dejó para regresar con su ex.

Volví a repasar mis errores con detalle y decidido que el problema era mi naturaleza kamikaze, opté por las relaciones casuales.

Mientras reconstruía [y lo sigo haciendo] mi concepto del amor, probé una fórmula sustentada en el puro placer de la compañía, no más.

La primera tenía novio pero se ponía celosa de mis amistades. No funcionó.

La segunda tenía un acento muy norteño. No funcionó.

La tercera es más kamikaze que yo, así que me dio miedo intentarlo y definitivamente no funcionó.

La cuarta se enamoró y yo no quise enamorarme. No funcionó.

La quinta me rompió el corazón…

Bien dice el naturalismo que el amor es un instinto evolucionado para preservar la especie y yo no me atrevo a cuestionar el punto. Quien ha sobrevivido a los descalabros de este estúpido y sensual sentimiento sabe que cada vez que uno cae en la lona por su causa, el corazón [o cualquiera que sea la víscera en que se alberga] genera resistencia.

Así es el amor. Simplemente no hay manera de ganarle.

La ciencia, la religión, la filosofía y sobre todo, la cultura, nos han castigado con sus diversas teorías y conceptos románticos pero la realidad es que el amor se inventa y se construye en la mente de cada quien… y en su organismo y en su contexto y en su tiempo.

De todo esto, lo único que me queda claro es que como todo concepto universal, el amor se las arregla para no respetar sexo, ni género, ni condición social ni todos esos etcéteras.

El amor es un lugar común y todxs tarde o temprano, corremos el riesgo de ser brutal y deliciosamente atropelladxs.

*** De esto va ReversibleMx en su número de Febrero:

– Pasamos de los actos heroicos del amor a la más pura disidencia de las relaciones abiertas, haciendo escala en el difícil momento de habitar un corazón partido.

– ¿A qué edad un niño es consciente de que su sexualidad no es precisamente heterosexual? ¿Qué dicen los psicólogos, sexólogos y sobre todo, los LGBTI?

– ¿Cómo se asume un gay En Tierra de Vaqueros? Entrevistamos al director de este documental oriundo de una tierra donde la masculinidad es cosa seria.

– ‘Me enamoré de un gay’, sí, el típico caso del heterosexual cuya brújula romántica extravió el Norte. Además, una viñeta de @BertoMarquez que dulcemente nos recuerda lo lejos que están de legalizarse las uniones  entre parejas del mismo sexo en gran parte del país.

Con todo esto nos leemos el viernes 1 de febrero en www.ladobe.com.mx

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