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Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Con aspirantes que llegaron “perdidos” a su comparecencia, con otros que recurrieron a acordeones digitales y en medio de cierta incomodidad de los legisladores al saberse observados por integrantes de organizaciones no gubernamentales se realizaron las entrevistas a los aspirantes a ocupar un puesto en la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP).

Y aunque todavía no se analizan ni se discute la evaluación de los aspirantes en la comisión de Transparencia del Congreso –responsable del proceso de selección— se prevé que éste jueves podría llevarse al pleno la terna final para que los 41 legisladores decidan quién será el elegido y quién su suplente.

Roberto Alonso, secretario de la Asociación Mexicana del Derecho a la Información (Amedi) capitulo Puebla, adelantó que algunos de los organismos que participaron como observadores –Amedi, Fundar, Alianza Cívica y Puebla Vigila— darán a conocer este día sus evaluaciones respectivas esperando que los diputados las consideren como un insumo informativo para su decisión final.

Por su parte la diputada Josefina Buxadé, presidenta de la comisión de Transparencia, explicó que al interior del organismo colegiado se tomará en cuenta no sólo la comparecencia sino también el ensayo que presentaron y el currículum de los nueve aspirantes entrevistados.

“La valoración deberá ser integral, tenemos que tomar en cuenta conocimientos, trayectoria y experiencia, tendremos que valorar la comparecencia, el ensayo que entregaron desde que se postularon y su currículum. Esto se tendrá que valorar de manera integral y es un trabajo que hará la comisión de transparencia”.

Perdidos o con acordeón

De acuerdo con Roberto Alonso, durante la comparecencia al menos dos de los aspirantes recurrieron a sus dispositivos móviles e incluso sus computadoras para poder responder algunas de las preguntas planteadas, y aunque no dio a conocer los nombres si señaló que ese uso del acordeón digital debería ser tomando en cuenta por los legisladores como parte de la evaluación.

“No queremos hacer señalamientos particulares, pero lo que si nos parece que quedó evidenciado es que hay mejores perfiles que otros y que con las comparecencias, los ensayos y currículums la comisión ya tiene elementos para tomar una buena decisión”.

Por su parte Buxadé Castelán, también sin referir nombres, dio a conocer que “uno de los candidatos estaba perdido en el tema, se refirió todo el tiempo a la ley de 2004 a la hora de contestar las preguntas, fuera de eso hay diferencias menores entre el resto de los aspirantes”.

Y aunque hubo reserva en los nombres tanto de la diputada como de los observadores, fuentes legislativas adelantaron que uno de los que dejó mal sabor de boca durante su comparecencia fue Alberto Segovia Blumenkron, uno de los aspirantes a quien se le señala como afines al mandatario estatal.

“Debería ser la norma”

Cuestionado sobre la posibilidad de vigilar y acompañar el proceso, Roberto Alonso sostuvo que aunque el método elegido por el Congreso resulta muy limitado “la sensación que tuve es que para ellos fue algo muy grande, aunque la manera en que se procedió debería ser la manera natural del proceso legislativo. Así deberían proceder en las comisiones cuando haya temas en donde se pueda tener la participación de organizaciones vinculadas con el tema a tratar”.

Al respecto Josefina Buxadé reconoció que el modelo de participación para las organizaciones no gubernamentales que vigilan y acompañan el proceso no fue el óptimo, “no como nos hubiera gustado a los activistas y defensores del derecho a la información pública, se hubiera podido conseguir una participación más importante de las organizaciones, pero fue un tema muy complicado en el Congreso y fue tras muchas reticencias que se logró abrir espacios para diez organizaciones y que el resto de los interesados mandaran las preguntas que ellos quisieran, no es lo óptimo, pero fue un avance”.

La presidente de la comisión de Transparencia sostuvo que aunque en algún momento se plantearon como posibilidad eliminar las preguntas que no estuvieran formuladas de la manera más clara posible  al final acordaron al interior del Congreso dejarlas como fueron planteadas.