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Lado B

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La violencia en la República Democrática del Congo han aumentado en los últimos meses. Este miércoles, Naciones Unidas (ONU) denunció la matanza en la región de Masisi, de 264 civiles, de los cuales 83 eran niños, entre los meses de abril y septiembre, por los enfrentamientos entre personal del ejército y el movimiento rebelde M23; sin embargo, a pesar de la denuncia del organismo internacional, este jueves se reportaron de nueva cuenta hecho violentos.

“Unos 113 rebeldes han muerto este jueves en enfrentamientos entre el grupo M23 y el Ejército al este del país”, según AFP; sin embargo, el portavoz del gobierno congoleño, Lambert Mende, dio a conocer en rueda de prensa que habían muerto sólo 6 rebeldes en el enfrentamiento: «un ataque de insurgentes del M23 ha sido rechazado por nuestras Fuerzas Armadas, que han logrado contener el asalto sin sufrir heridos».

El informe presentado el día de ayer por la ONU; destaca que “ la mayoría de víctimas de la matanza – de la región Masisi -fueron ancianos y niños”, debido a que fue muy limitada su capacidad para huir de los ataques.

Las cifras del informe, son consecuencia de 75 ataques documentados en la región de Masisi durante seis meses. La ONU atribuye al grupo armado “Raia Mutomboki, con la ayuda de los grupos Mayi Mayi, la mayoría de los asesinatos, que fueron a menudo cometidos con extrema violencia; muchas víctimas murieron a machetazos y otras fueron quemadas vivas en sus casas», dio a conocer El Universo.

«Las sistemáticas violaciones de los derechos humanos cometidas por esos grupos armados, incluida la matanza de tantos niños, son las más graves que hemos visto en tiempos recientes en la RDC», dijo la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.

De acuerdo con el informe de Naciones Unidas: «muchos grupos armados han sacado ventaja del vacío de seguridad que ha dejado la redistribución de las unidades del ejército para extender sus propias áreas de influencia, a menudo mediante violentos ataques contra la población civil, lo que ha exacerbado la tensión entre etnias, algo que ya promovía el M23».