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Lado B

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Los disparos al aire en señal de festejo se han escuchado en la Franja de Gaza la mañana de este miércoles, luego de registrarse un atentado terrorista en Tel Aviv Israel, que dejó como saldo entre 10 y 21 personas heridas, y hasta el momento se desconoce el número de muertos.

El gobierno de Israel confirmó el atentado mediante un comunicado de prensa: “Ha explotado una bomba en un autobús en el centro de Tel Aviv. Ha sido un ataque terrorista. La mayoría de las víctimas tienen heridas leves», dijo Ofir Gendelman, portavoz de la oficina del primer ministro, citado por Reuters.

“La investigación está en marcha. Lo más importante es saber si se trata de un acto organizado o espontáneo”, señaló el portavoz.

“Esto es terrible. Cuando llegué la gente estaba llorando. Vi a una mujer que sangraba y fui a rescatarla. Lloraba como un bebé y me dijo: ‘dile a Netanyahu que sea fuerte, que termine el trabajo y vaya hasta el final’”, relató a El País, Israel Cornnick, un miembro de los servicios de emergencia que auxiliaron en la zona del atentado.

Por su parte, un portavoz de Hamas citado por Reuters ha declarado que el atentado es la «respuesta natural a las matanzas israelíes. Hamás bendice el ataque de Tel Aviv, que considera la respuesta natural a las matanzas israelíes en Gaza», declaró a Reuters el portavoz, Sami Abu Zuhri.

Y agregó: «las facciones palestinas van a recurrir a todas las vías para proteger a nuestros civiles palestinos, a falta de una iniciativa internacional para poner fin a la agresión israelí».

En la Franja de Gaza el escenario fue violento la madrugada de este miércoles. La dureza de los ataques de la aviación y barcos de Israel, así como el lanzamiento de cohetes por parte de los grupos armados palestinos, provocaron que miles de personas buscaran cobijo en escuelas y centros mejor pertrechados.

“Los más jóvenes forzaban las puertas y limpiaban el suelo antes de la llegada de los carros, coches o camionetas cargados con sus pertenencias. “Es la tercera vez que tengo que dejar mi casa por culpa de una guerra. Nos bombardean, nos matan como a ratas y nadie dice nada (…) ¿de qué me sirve hablar contigo? he contado esto a muchos periodistas, pero no sirve para nada”, comenta a ABC una anciana sentada sobre una bolsa de ropa a las puertas de la escuela Shate.

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