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Lado B

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Más de 60 mil muertos, una cifra desconocida de desaparecidos -10 mil estiman organizaciones de Derechos Humanos- y 250 mil desplazados internos, son las cifras que deja el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa luego de su estrategia en Seguridad Pública.

La guerra contra el narcotráfico emprendida en este sexenio arroja cifras alarmantes, las cuales se desconoce el rumbo que tomarán luego que Enrique Peña Nieto, asuma la presidencia de la República.

Luego de darse a conocer los resultados de la pasada elección, el presidente entrante  aseguró en una entrevista para CNN, que “buscaría una nueva estrategia en la lucha contra el crimen organizado, pero que no se trataría de un cambio radical, sino que haría énfasis en la reducción de la violencia en el país”.

Asimismo, aseguró que el giro de esta estrategia antidroga, se centraría únicamente en la caza de narcotraficantes, por lo que propuso crear un cuerpo de elite para luchar contra las mafias y prometió abatir a la mitad la cantidad de asesinatos en su primer año de gestión, dio a conocer IPS Noticias.

Sin embargo, llama la atención que hasta el momento no ha divulgado medidas detalladas, así como su trayectoria en la materia deja muchas dudas sobre el camino a emprender: “en su gestión 2005-2011 como gobernador del estado de México, vecino a la capital, sustituyó tres veces al fiscal, y la tasa de homicidios en ese distrito pasó de nueve cada 100 mil habitantes, en 2007, a 14 cada 100 mil en 2010, según cifras oficiales”, da a conocer este medio.

Emilio Godoy, periodista de IPS Noticias, publicó una entrevista realizada a Ricardo Vargas, investigador asociado del Transnational Institute, quien señala que la violencia en México «tenderá a encontrar un punto de equilibrio, a subsanarse, pero no con el fin del narcotráfico, sino mediante un proceso de estabilización en el cual los narcotraficantes mexicanos también van a consolidar estructuras en la dirección que recorre actualmente Colombia».

En dicho texto el investigador toma como ejemplo el proceso por el que Colombia, Guatemala y México, han atravesado en sus políticas de Seguridad contra el narcotráfico, asegurando que “ningún país ha asumido plenamente que el problema reside en la presencia de estructuras sólidas del crimen organizado, el cual, además, tiene una capacidad muy grande de incidencia en los estados (…) Esa dimensión del problema no se ha puesto sobre la mesa», aunque «es la piedra angular hacia un verdadero cambio de estrategia (…) México todavía está en una fase de violencia explícita «.

Lea la entrevista completa de IPS Noticias en el siguiente link.