Lado B
El 2do Beer Fest Puebla 2012 y los microcerveceros
El movimiento cervecero artesanal continúa creciendo en el estado
Por Lado B @ladobemx
20 de noviembre, 2012
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  • El evento logró una nutrida asistencia de los microcerveceros poblanos

Foto: EsImagen.

Alejandro Badillo

Después de un año de espera llegó la segunda edición del Beer Fest Puebla 2012. Este evento genera expectativa en los amantes de la cerveza no sólo por la venta de cervezas extranjeras sino por la presentación de las cerveceras artesanales mexicanas que, con muchas dificultades, empiezan a comercializar sus productos. Las ferias y muestras cerveceras se han extendido por varias ciudades del país y muchas veces es la única oportunidad de probar las propuestas de los productores a pequeña escala.

En esta ocasión fue un acierto mudar el evento al hotel Villas Arqueológicas ya que sus espacios tienen una mejor vista y distribución. Si exceptuamos los problemas para conseguir estacionamiento, comunes en poblaciones como Cholula cuya infraestructura no ha crecido a la par de la expansión de comercios, la organización fue adecuada para facilitar la entrada de los asistentes.

Ya entrando en materia, algo que me llamó la atención es la diversidad de microcerveceras mexicanas y los nuevos productores que han entrado a escena con sus creaciones. Obviamente, uno esperaría, por la importancia del mercado poblano, una mayor cantidad de ponentes, sin embargo, esto va poco a poco y la tendencia es que la participación vaya en aumento. Por lo que observé en mi visita al Beer Fest y por la experiencia que he tenido este año probando cervezas artesanales mexicanas podría dividirlas en dos: las cervezas que siguen los estilos con leves variaciones a las recetas originales y las que experimentan con ingredientes exóticos o procedimientos innovadores en la industria mexicana como fermentación en barricas de tequila entre muchos otros.

Tenemos ejemplos de importantes fábricas como Calavera o Cucapá (ausentes en el festival) que, con algunos altibajos, han experimentado con ingredientes mexicanos como chiles, piloncillo o chocolate. En una línea más clásica está una cervecera que ha ganado mucho terreno como Minerva que sigue los estilos tradicionales con pocas variaciones. A pesar de los éxitos obtenidos por estas empresas veo una inercia en otros productores artesanales que deberán superar para estar al nivel de un consumidor que, conforme pase el tiempo, se volverá más exigente: la falta de conocimiento sobre los estilos de cerveza. Hay muchos cerveceros que cuentan con la infraestructura para hacer una buena producción pero sus creaciones se alejan demasiado de las características principales de los estilos y terminan siendo otra cosa. Para hablar en términos menos abstractos: Stouts demasiado dulces, Indian Pale Ale con muy poco amargor, cervezas con alta carga de alcohol que opaca el sabor de la malta y el lúpulo. Estas deficiencias son entendibles en un mercado aún muy joven pero tendrán que subsanarlas para no quedar fuera de la competencia. Una de las teorías que tengo es que muchos cerveceros no tienen el conocimiento de campo, es decir, meterse a fondo con las grandes cervezas y probarlas para tener realmente un comparativo objetivo y de alto nivel. El aprendizaje, como se ve, es arduo y nunca termina. No se puede ser cervecero sólo de teoría, hay que tener pasión y gusto por lo que se hace.

Hecha esta crítica que aplica para algunos participantes en el festival, también debo elogiar algunas cervezas que no conocía y que fueron una gran sorpresa: Cervezas Artesanales Teufel, oriunda de Oaxaca, que ofreció una Ale de maíz malteado y otra con toques de miel de agave. Los cerveceros lograron conjuntar ingredientes poco usuales sin perder el espíritu de una cerveza de alta fermentación. Otros expositores interesantes fueron Belcebú con varios estilos; el más fue una Pale Ale con la fuerte presencia del lúpulo característica y que, lamentablemente, me la tuve que tomar in situ ya que no tenían botellas. También merece una mención la cerveza Ramuri de Los Cabos con Lágrimas Negras, una Oatmeal Stout –una Stout con avena– que cumple bastante bien con los parámetros del estilo y que será un buen descubrimiento para los que aún desconocen esta variante. Un poco a la zaga pongo a Bambusa, cerveza a la que le añaden un extracto de Bambú, que no terminó de convencerme por la poca presencia de amargor y un cuerpo demasiado ligero.

Como apunte final destaco la nutrida asistencia de los microcerveceros poblanos, en especial de la Nanocervecería Mediagua cuyos creadores, fervientes devotos de este elixir, mostraron una IPA (Indian Pale Ale) que promete dar buenas notas en el futuro. Esperemos que el movimiento cervecero artesanal poblano siga fortaleciéndose para que los consumidores tengan más opciones y que eventos como el Beer Fest Puebla se sigan multiplicando.

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