Como parte de las actividades de la primera Semana de la Migración en la Ibero, participaron en la mesa “Defensa de los derechos humanos de los migrantes”, Fabiola Mancilla del albergue Estancia del Migrante González y Martínez, A.C. de Tequisquiapan, Querétaro; Jorge Andrade del colectivo Ustedes Somos Nosotros; Cristóbal Sánchez del colectivo Cultura Migrante; Natalia Muñoz de la Asociación Estudiantil de la Ibero, Soy Migrante; Lorena Rodríguez y Javier Urbano del Programa de Asuntos Migratorios de la Ibero.

Tomada del sitio grupoinformativoasisucede.com.mx/

El académico Javier Urbano aclaró que el libre tránsito es un derecho humano fundamental que permite que la gente tenga una libre circulación en el mundo globalizado, pero para conseguirlo se requiere de la voluntad de los países receptores como Estados Unidos al emitir visas transmigratorias o visas temporales.

“Cuando al migrante se le da la opción de quedarse un tiempo a trabajar y pagar impuestos, con el objetivo de alcanzar una mejor vida en el país receptor, es seguro que querrá volver a sus redes sociales y familiares de su país de origen”, indicó.

«Seguiremos luchando por conseguir que tanto México como Estados Unidos dejen de ser indiferentes a esta tragedia humanitaria. México se ha convertido en un infierno para los migrantes, ha dejado decenas de muertos y desaparecidos en los últimos 12 años porque son sujetos de revisión de las autoridades y blancos del secuestro y extorsión del crimen organizado», dijo.

Por otro lado, Urbano Reyes hizo un  llamado para que personas donen ropa e insumos al albergue para migrantes de Huehuetoca, que a tres meses de su apertura resuelve una demanda de cien mil kilos de alimento a la semana y ha atendido a más de ocho mil personas.

El centro de acopio permanente instalado en la Universidad Iberoamericana para el Albergue San José requiere de arroz, aceite, frijol, atún, galletas, mayonesa, agua, ropa en buen estado, tenis, calcetines, chamarras, gorras y alimento para bebé porque atienden a un niño de seis meses y a su madre que llegaron de Centroamérica.

Dijo que a falta de sensibilidad de las instituciones y acoso de las mafias, los grupos de la sociedad civil organizada que trabajan en el Albergue San José de Huehuetoca, Estado de México, protegen los derechos humanos de los migrantes para que su camino por este país no sea una condena, sino una opción de vida.

Reveló que sería una traición abandonar a los migrantes que llegan al albergue de Huehuetoca, a pesar de que sigan las amenazas del crimen organizado, el acoso de las autoridades y vecinos que están en contra y el aumento de la renta de la casa de tres mil a siete mil pesos.

Dijo que en promedio llegan a diario entre cien a 300 personas de Centroamérica, por lo que se requiere de organización financiera y logística.

Por otro lado, Cristóbal Sánchez, del colectivo Cultura Migrante, dijo que el albergue de Huehuetoca es uno de los más vulnerables porque no cuenta con el apoyo de la iglesia ni de las autoridades y denunció que la delincuencia organizada sigue teniendo el control de la ruta migratoria.