El pasado 12 de octubre se estrenó en México la nueva película de Tim Burton, Frankenweenie, respetando la esencia del filme inicial —un cortometraje realizado en la década del 80— y reflejando un vínculo amistoso entre sus protagonistas: un niño y su mascota.
En 1984, el director estadounidense había filmado su segundo cortometraje, que con actores reales y una duración de 30 minutos, mostraba la historia de Víctor Frankenstein, un niño que sufre la muerte de su mejor y único amigo, su perro Sparky.
Decidido y motivado por su profesor de ciencias, y con ayuda de aguja, hilo, electricidad y otros artilugios, lleva a cabo la misión de volver a la vida a su fiel compañero. Y lo logra.
Veintiocho años después, Tim Burton vuelve a presentar la historia, esta vez en forma de largometraje y utilizando la técnica de animación conocida como stop motion; aunque con algunas adaptaciones.
Es por esto que Lado B dedicó su “Semana de” al director, guionista y productor estadounidense, que vuelve a sus orígenes con Frankenweenie.