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Ernesto Aroche Aguilar

 @earoche

Fue el informe del agradecimiento. El de la lisonja insistente. Repetitiva. Incluida en tres ocasiones en el video de 30 minutos en el que a través de cuatro historias, todas girando en torno a la biblioteca central, el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Enrique Agüera Ibáñez, expuso su tercer informe de labores del segundo periodo al frente de la máxima casa de estudios.

Si reporteros, analistas políticos, villamelones de la grilla o columnistas alicaídos esperaban el mensaje político que anunciara el fin del agüerismo y su interés en la alcaldía poblana o tal vez su pronta salida para integrarse a la administración federal, éste no llegó.

Y si un mensaje hubo, ese sí, insistente, necio en su reiteración –22 veces en el discurso más las tres del video con un discurso muy cercano a “La Rosa de Guadalupe”— fue que en la Universidad no se logra nada si no es a través de la intervención del gobierno del estado.

Y Moreno Valle no dudo en remarcarlo así, cuando tras el largo discurso de Agüera, recordó que al aceptar su propuesta del proyecto de la biblioteca central y el estadio universitario, lo hizo con una sola condición: que estuviera listo para su inauguración antes de su 1er Informe de Labores, “algo que parecía imposible de lograr, y quiero reconocer al equipo de la Universidad, porque el 13 y el 14 de enero estuvimos inaugurando las obras”.

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Anclado a la política de desarrollo estatal, el rector anunció no sólo el rosario de obras realizadas en los últimos 24 meses –el Museo de la Memoria Histórica y el Centro Deportivo de Alto Rendimiento, además de las ya citadas— y los reconocimientos obtenidos, también adelantó la que será su apuesta en infraestructura para el próximo año: la Ciudad de la Ciencia y el Conocimiento, un complejo que será desarrollado en Valsequillo y que incluirá un campus en San José Chiapa donde se levantará la armadora automotriz de la empresa alemana Audi.

Se trata, explicó, de asumir el modelo de tres hélices conformado por el gobierno del estado, la iniciativa privada y la universidad, y la dirección ya esta señalada: fortalecer el cluster automotriz en la entidad.

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Y en lo que fue una sesión del Consejo Universitario, al rector lo cobijaron lo mismo la clase política en pleno, incluido el recién nombrado coordinador de la fracción perredista en el senado, Luis Miguel Barbosa –a quién el gobernador en su turno llamó “mi amigo”–, que los dirigentes eclesiásticos y funcionarios federales, con pocas pero muy vistosas ausencias, como las del aún líder del PAN en el estado, Juan Carlos Mondragón a pesar de que el domingo pasado anunciaban que habían arreglado su diferendo con el gobernador del estado. Tampoco se pudo ver por ahí a representante alguno del presidente electo, Enrique Peña Nieto.

En las primeras filas del auditorio del Complejo Cultural Universitario también se dejó ver el ex gobernador Melquiades Morales Flores, que compartió asientos con las senadoras Blanca Alcalá y Lucero Saldaña.