• Cada año más mujeres nicaragüenses migran a El Salvador

Por Marta Sigarán, corresponsal

San Salvador. (Cimacnoticias).- Maribel es una de las miles de jóvenes nicaragüenses que ante la dificultad de migrar a Estados Unidos, deciden viajar a países centroamericanos vecinos con el fin de encontrar mejores condiciones de vida.

El Salvador, además de ser un “viejo expulsor” de migrantes a EU (donde viven 2.5 millones de connacionales), se convirtió en años recientes en un “nuevo receptor” de migrantes debido a la dolarización de su economía. Nicaragua también ha pasado a ser el principal proveedor de migrantes “intrarregionales”.

Lo anterior según el estudio “Flujos migratorios laborales regionales”, realizado en 2010 por el Sistema de Integración Centroamericana (SICA).

Otras investigaciones sobre migración muestran que hasta 250 mil nicaragüenses viven en El Salvador. Las mujeres se dedican principalmente a labores del hogar y los hombres al corte de caña de azúcar.

Maribel (Mari, como le dicen sus amigos) es una joven nicaragüense que trabaja en El Salvador desde hace dos años. Ella decidió migrar de Nicaragua porque ya no tenía dinero para mantener a su hija de 4 años y a su madre, quien está enferma.

En un primer intento, Mari migró a Costa Rica, pero relata que “la vida allá es muy cara y hay mucha discriminación hacia las y los nicaragüenses”, por lo que se regresó a su país. Tiempo después una amiga de su madre le recomendó viajar a El Salvador.

 “Mari, ahí pagan en dólares –me dijo–, se gana mucho mejor y hay trabajo”. La joven recibió un préstamo para ir a El Salvador, cuyas líneas de autobuses directas salen de Managua al mediodía y llegan esa misma noche al país vecino con un costo de alrededor de 100 dólares (unos mil 284 pesos mexicanos).

Maribel trabajaría en casas haciendo la limpieza, pero al llegar a El Salvador la persona que la había contactado le dijo que no había trabajo, que le llamara en una semana.

 “No tenía qué comer ni dinero; no conocía la moneda ni a nadie en el país. En la mañana me fui al mercado a preguntar si sabían de alguien que necesitara una empleada y así fue como conseguí trabajo en una venta de quesos. Hice unas amigas que me ayudaron a conseguir donde quedarme en unas pensiones del centro, muy baratas, pero que daban miedo”, comenta Maribel.

Las semanas pasaban y la promesa de trabajo para Maribel se volvía cada día más lejana. “No podía ni regresarme a Nicaragua porque era muy caro”, narra. Unas personas del mercado le ayudaron a conseguir un trabajo en casa para que no tuviera que gastar en vivienda y comida, y desde hace dos años está con esa familia.

 “Tuve suerte, son buenos conmigo, me tratan bien, me dan ropa y cositas para que mande para mi hija en Nicaragua. Me la quiero traer pronto, de verdad fue suerte, sé de otras amigas que no les ha ido como a mí. Sin embargo, vivir lejos de la familia y en un país desconocido es difícil, pero aquí me tengo que quedar, ya que mi madre y mi hija viven con el dinerito que les mando”.

Según datos oficiales, al menos 3 mil 186 nicaragüenses residen en El Salvador con documentos legales de trabajo. La gran mayoría habita en el oriente del país, específicamente en los departamentos de San Miguel y La Unión, fronterizos con Honduras y más cercanos a Nicaragua.

De acuerdo con esos departamentos, al día entran alrededor de 300 a 500 nicaragüenses con el documento CA4, el cual permite un paso fácil entre las cuatro fronteras centroamericanas (El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala), sin embargo hay muchas otras personas migrantes que ingresan al país por los puntos ciegos de la frontera y por tanto no se contabilizan.

Este año se desarrolla un plan de regularización para las y los nicaragüenses que entraron a El Salvador hasta diciembre de 2008 y que cuenten con un fuerte arraigo familiar: tengan hijos nacidos aquí, o que sus cónyuges sean salvadoreños.

El plan inició en marzo y a la fecha más de mil 500 personas se han acercado a las oficinas de Migración para tramitar sus documentos.