Quitzé Fernández

@QuitzeFernandez

Todo lo prohibido excita. Y ahora que desaparecerán los table´s dance y lugares de esparcimiento y desenfreno sexual en Coahuila, me dan ganas de delinquir.

Y es que el Gobernador Rubén Moreira Valdez, presentó ante el Congreso la iniciativa de la Ley de Alcoholes del Estado, la cual fue analizada, dictaminada y publicada en el Diario Oficial el 17 de septiembre.

En el documento está prohibido el otorgamiento de licencias para la venta y consumo de bebidas alcohólicas en centros de apuesta y table dance.

Los table’s son lugares bipolares donde todo es fingido, pero una ciudad, por miserable, triste, fría, oscura y pobre que parezca, debe tener uno.

¿Por qué? porque es sano para la sociedad tener un lugar rojo, oscuro que viva de noche. Un lugar de referencia con nombres fantásticos que vuelva lo común en epopeya. Y se creen mitos como en Tijuana, o Juárez.

En la literatura moderna, hablar de un table es casi como la poesía, pero en realidad se trata de lugares donde la mafia hace de las suyas: donde hay mujeres bellas existe el narco. Tiene que existir, pero se debe regular de alguna manera, sin prohibirlo.

La nueva ley en Coahuila, dice que en los lugares donde venden bebidas alcohólicas, queda prohibido: “Que clientes tengan cualquier tipo de interacción que implique contacto físico impúdico con las meseras o meseros, artistas que se presenten, bailarinas o bailarines o cualquier empleado del lugar”.

Y queda estrictamente prohibida la presentación de espectáculos con personas desnudas o semidesnudas.

El primer antecedente sobre la prostitución en el estado es del año 1886, cuando en Saltillo fue expedido un reglamento aprobado por el Estado.

Fue creado luego que los habitantes de la zona centro se quejaran, y sugirieron que se designara un lugar en las afueras de la ciudad.

El código dividía a las prostitutas en dos clases: las aisladas, ellas trabajaban solas; y las públicas, quienes trabajaban en reunión, o en los burdeles al mando de una matrona.

Tenían prohibido pasear por las plazas principales de la ciudad y eran obligadas a portarse y vestir con decencia. Cada mes tenían que ser revisadas por un médico para descartar cualquier enfermedad sexual.

Toda aquella prostituta que quisiera dejar el trabajo, tenía la obligación de comprobar al Ayuntamiento que contaba con los medios para subsistir.

Mientras que en Torreón, el primer reglamento de prostitución empezó a regir el 15 de agosto de 1898, cuando era La Villa de Torreón, pues fue erigida como ciudad en 1907.

Y dice, en letra manuscrita: “Se establece en esta Villa una sección de policía sanitaria con objeto de vigilar porque se amplía estrictamente con lo dispuesto en este reglamento. Dicha sección se compondrá de dos empleados: el médico municipal y un inspector de sanidad que será el comandante de policía”.

En el documento, capítulo 4, dice cómo tenían que comportarse las prostitutas: “…Deberán portar su libreta de tolerancia, presentándola a quien lo requiera, algún particular o la policía… Portarse y vestir con decencia, a no hacer escándalo en las calles y lugares públicos, a no reunirse en grupos públicamente, a no saludar a los hombres y provocar la prostitución con señas y palabras obscenas…”.

“… A no pasearse en las plazas ni lugares públicos, ni a frecuentar los teatros y centros de diversiones, viviendo distantes de los establecimientos de institución, de los templos de cualquier culto y en los barrios que designe la autoridad pública…”.

Al no cumplir el reglamento, las multas iban de los 3 a 15 pesos, o días de arresto según la falta cometida.

El detalle es que hace más de 100 años el gobierno era más tolerante, ahora en Coahuila está prohibido ser puta.

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