Eric David Montero

@ericdmontero

Irina Layewska es un revolucionario transexual con el pelo teñido de rubio. Tomó la decisión de cambiar el color de su cabello por que cada que se veía al espejo le recordaba a ese niño que ha dejado en el olvido cuyo nombre ha dejado de pronunciar. Layewska, que quiso ser como el Che Guevara -en quien encontró una figura paternal-, y buscó el nacimiento de “El Nuevo Hombre” dispuesto a dar la vida por el bien común, un cubano que nació en el cuerpo equivocado y atado a una silla de ruedas terminó convertido en una mujer defensora de los derechos de las minorías.

Esta es la historia que se narra en el documental “Morir de Pie” dirigido por la periodista Jacaranda Correa y proyectado ayer en la cinemateca Luis Buñuel, dentro del marco del Tercer Festival Internacional de Cine de Puebla, que también competirá en el Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz en su 21 edición.

El documental inicia con Layewska sentado en una silla de ruedas con el cabello largo y una boina con una estrella al frente, como la que usara aquél comandante de la Revolución Cubana. Habla ante un grupo de personas a quienes dice que daría su vida y su sangre para apoyar a Cuba contra el embargo tras el envío de un buque a la isla.

Layewska dejó la lucha social para comenzar una lucha consigo misma y paralelamente contra su polineuropatía degenerativa que  ha ido dañando su cuerpo con el paso de los años, y que  amenaza con quitarle la vista. Víctima de la discriminación sexual por haber nacido en el cuerpo equivocado, no dejó sus ideales de lado si no que los aplicó a su vida personal y de pareja para poder ser aceptado en una sociedad que aún guarda muchos prejuicios.

“Morir de Pie” muestra varios aspectos de la vida de una persona con capacidades diferentes sin el recurso facil de la sensiblería y el amor incondicional sin llegar a la cursilería, pues su compañera de vida Nelida, aceptó los cambios de su sexualidad y siempre está presente en todo momento brindándole su apoyo de pareja.

El documental ya ganó el premio como mejor Largometraje en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara en su 26 edición, y es uno de los mejores que se han proyectado hasta el momento en el Festival Internacional de Cine de Puebla (FICP).