Lado B
En la Frontera de Cormac McCarthy
Cormac Mccarthy (Providence, Rhode Island, 1933) ha dispuesto en torno a su vida un cúmulo de leyendas: que vagabundeó muchos años en el sur de Estados Unidos, que vivió bajo una torre petrolera, que la ociosidad lo llevó tardíamente a la literatura, que sus mejores amigos son un físico y un biólogo marino. Como J.D. Salinger y Thomas Pynchon, Mccarthy ha optado por esconderse en sus palabras.
Por Lado B @ladobemx
28 de septiembre, 2012
Comparte

Alejandro Badillo

Cormac Mccarthy (Providence, Rhode Island, 1933) ha dispuesto en torno a su vida un cúmulo de leyendas: que vagabundeó muchos años en el sur de Estados Unidos, que vivió bajo una torre petrolera, que la ociosidad lo llevó tardíamente a la literatura, que sus mejores amigos son un físico y un biólogo marino. Como J.D. Salinger y Thomas Pynchon, Mccarthy ha optado por esconderse en sus palabras.

Traducción de Luis Murillo Fort. Debolsillo, 1era edición 2009.

Dos entrevistas para periódicos y un desafortunado encuentro para la televisión con Oprah Winfrey son las únicas ocasiones en las que ha querido asomar la cabeza y dar algunos comentarios sobre su obra. A pesar de su reclusión y de que ésta pueda funcionar como una cortina de humo a la hora de valorar sus novelas, el legado de Mccarthy ha tenido la fuerza suficiente para sobrellevar con éxito el tránsito de literatura marginal, admirada por críticos como Harold Bloom, a la siempre peligrosa condición de bestseller.

En la frontera, novela perteneciente a una trilogía situada en los límites de Estados Unidos y México, es un buen ejemplo de la narrativa de Mccarthy. La historia narra las peripecias de Billy y Boyd, dos hermanos adolescentes que viven con sus padres en un pueblo cercano a la frontera con México. Una loba vagabunda, que acecha el ganado y a la que tratan de dar caza con trampas, es el punto de inicio de un viaje que llevará, primero a Billy, el mayor de los hermanos, a un viaje a través de la frontera y que estará marcado por la pérdida y la violencia.

Mccarthy construye sus novelas echando mano de Herman Melville y William Faulkner, dos autores cuya influencia reconoce abiertamente: de Melville toma el enfrentamiento épico, el peso abrumador de la naturaleza; de Faulkner toma el protagonismo del lenguaje, la experimentación en el ritmo, el rango que va de la contención a la poesía. También de Faulkner hereda la violencia descrita no como provocación sino como reflejo natural de los hombres que viven un mundo donde la inocencia es una desventaja y mantenerse vivo y despierto es el trabajo de todos los días.

Billy y Boyd -como casi todos los personajes de Mccarthy- están continuamente en movimiento: cuando Billy, el mayor de los dos, regresa a su casa y se entera de la muerte de sus padres víctimas de los ladrones de ganado, busca a su hermano y reinicia con él un nuevo viaje al sur, en busca de los caballos robados, en un nuevo encuentro con la pérdida y la violencia. En la parte final de la novela, cuando Billy vuelve a quedar solo e intenta dejar su vida errante enlistándose en el ejército, un soplo cardiaco impedirá que lo acepten. Ante la voluntad del destino Billy recoge sus escasas pertenencias, alista su caballo y vuelve al camino. De pueblo en pueblo, de parada en parada, Mccarthy dispone alrededor de los hermanos, personajes que funcionan como fantasmas cuyo objetivo, como los antiguos trovadores, es contar su historia: gitanos nómadas, viajeros solitarios, sacerdotes ermitaños, un cantante ciego que narra con lujo de detalles su desgracia.

Al contrario de la mayoría de los escritores extranjeros que abordan personajes o circunstancias relacionados con México, Mccarthy no cae en un exotismo ramplón o en una idealización barata del mexicano: violencia, maldad, bondad, son parte de la naturaleza humana y están repartidos a ambos lados de la frontera. La loba que persigue Billy y con la que establece una cercana complicidad es la representación de la inocencia, una forma pura que sólo se puede encontrar lejos de los hombres, en el desierto; por eso Billy se aferra a rescatarla, a pasar hambre y penurias para devolverla a las montañas de México. Con la loba conserva una parte de sí mismo.

Cormac Mccarthy muestra En la frontera un memorable ejemplo de contención y capacidad narrativa, una novela que utiliza el viaje como un rito de iniciación, que sirve para poner a contraluz la naturaleza, el mundo insalvable de los hombres, un mundo siempre en turbulencia, en donde nada es seguro, en el que te pueden disparar, en cualquier momento, por la espalda.

Columnas Anteriores

[display-posts category=»el-increible-devorador-de-libros» posts_per_page=»15″ include_date=»true» order=»ASC» orderby=»date»]

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion