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Lado B

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“Todos los soldados rebeldes son mis hijos”, asegura Fátima Zahra, mujer siria que desde que inició el conflicto contra el régimen de Bashar al Asaad, ha emprendido su trabajo como protectora y creyente del derrocamiento del gobierno.

El conflicto en Siria suma ya más de 25 mil muertos y las cifras continúan incrementándose día a día. Tan sólo el fin de semana pasado más de 300 personas murieron, y fueron masacradas alrededor de 200 en un pueblo de la provincia de Damasco, en la mezquita Abu Suleiman al Dirani.

«Desde que era niña he querido ser testigo del fin del régimen de Asad. Por eso, cuando llegó mi oportunidad, quise ofrecer toda la ayuda posible (…) cuando empezó la revuelta contra el régimen sirio, Fátima no dudó un segundo en enviar a sus cinco hijos a combatir al frente de la «libertad». Pero no era suficiente, quería hacer más por la causa rebelde. Por eso, transformó su casa en un refugio para el Ejército Libre Sirio, donde prepara comidas, cura a los heridos, da cobijo a los desertores y guarda armas en las habitaciones”, da a conocer un artículo publicado por El Mundo.

Cabe recordar que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que los ataques perpetrados por las fuerzas de Bashar al Asaad causaron un gran número de muertos, así como no han cesado desde el fin de semana pasado, por lo que el Consejo Nacional Sirio (CNS), he hecho un llamado para que se realice una intervención militar a cargo de la comunidad internacional.

A pesar de este escenario, la labor de Fátima Zahra brinda una esperanza para los miles de afectados por los constantes bombardeos del régimen de Bashar al Asaad, y los intentos de los rebeldes por encontrar paz: «lo que hace Fátima es increíble. Nos ayuda muchísimo. Nos trata como si fuéramos miembros de su propia familia», dice “Abou Mohamed, joven de 23 años que desertó hace dos meses de su unidad del ejército de Asad.

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