Lado B
Me dicen: "el más loco", la historia de un hombre muerto, un libro censurado
 
Por Lado B @ladobemx
09 de agosto, 2012
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Tomada de vice.com

Por si no es suficiente la violencia, la extorsión, el secuestro, el miedo y la hibridación cultural de un pueblo de por sí híbrido, el narco vuelve a sorprendernos, pero ahora lo hace con libros. Me dicen: “el más loco”, de Nazario Moreno González, alias El Chayo, es un libro publicado post mortem que circula en ciudades y pueblos de la Costa Grande de Guerrero y Michoacán, sin que nadie, ni el Ejército, pueda detener su distribución. Además, se sabe que Moreno es autor de otras dos publicaciones que son lecturas obligadas para los miembros de La Familia, uno de ellos titulado Pensamientos y el otro, una especie de manual para sus correligionarios. Ninguno de esos dos tiene la popularidad de Me dicen: “el más loco”.

En la breve historia humana, son pocos los libros que se han prohibido. Controversiales ha habido por racimos, pero llegar al extremo de recogerlos, son casos poco frecuentes. La metamorfosis, de Franz Kafka, fue prohibida en los regímenes nazi y soviético. Mientras que La naranja mecánica, de Antony Burgess, tiene un largo historial como libro vedado en Estados Unidos. La queja recurrente era el lenguaje inapropiado. A su vez, Lolita, de Nabokov, fue prohibida en Francia e Inglaterra, por considerarla pornográfica.

En México han existido libros censurados en algunos círculos, ya sea por su contenido insurrecto o por afectar intereses. En Guerrero el escenario es variado: el libro hasta ahora inédito Los papeles de la sedición y la verdadera historia político militar del Partido de los Pobres, de Francisco Fierro Loza, permanece sin ver la luz, pues Fierro Loza fue lugarteniente de Lucio Cabañas y todo lo que huela a guerrilla tiende a ser vetado. En 2006 y en otras circunstancias, la novela Fisuras en el continente literario, de Federico Vite, fue censurada por escritores cercanos a Octavio Paz que se sintieron ofendidos el tratamiento que Vite le dio al nobel.

Sin embargo, ni en Guerrero ni en México, un libro había sido decomisado por el Ejército o corporaciones policiacas, como ocurre con Me dicen: “el más loco”. Cualquier ciudadano que sea visto con este libro será detenido, interrogado y la publicación les será confiscada. Algunos, incluso, han sido arrestados, como ocurrió con dos menores de edad el pasado 5 de junio, cuando fueron sorprendidos por marinos mientras repartían ejemplares en Zihuatanejo. El argumento de las fuerzas castrenses es que el texto “posee contenido subversivo”.

Mientras son peras o manzanas, nadie puede negar la efectiva distribución de este material: en lugares masivos como parques o estaciones de transporte público, suelen dejar ejemplares para que la gente lo tome; en ciudades y pueblos de la Costa Grande el libro es repartido a diestra y siniestra. Me dicen: “el más loco” es tema de conversación entre la gente, quizá por lo prohibido y también, porque el narco es un asunto frecuente y además, preocupante.

Siga leyendo el artículo de Vice publicado en Nuestra Aparente Rendición aquí.

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