Lado B

El estilo ronco, potente y desgarrado en la voz, así como su compañero inseparable, aquel gabán rojo, dejarán de estar presentes en los escenarios, luego que Isabel Vargas Lizano, mejor conocida como “Chavela Vargas”, falleciera este domingo en un Hospital de Cuernavaca, Morelos, a la edad de 93 años, tras haber permanecido toda la semana internada por diversos padecimientos pulmonares, cardiacos y renales.

Nacida en 1919 en San Joaquín de Flores, Heredia, Costa Rica, pero nacionalizada Mexicana luego de arribar al país a los 17 años, es uno de los referentes de la canción mexicana. Compartió escenario con innumerables artistas en los géneros ranchero, bolero, corrido revolucionario, tango y canciones cubanas.

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Salvador Camarena realiza un artículo en El País, en el que describe como Chavela Vargas logró forjar “un estilo dulce y desgarrado, hondo y bravío, macho y femenino… la verdad es que no ha muerto, solo ha comenzado esta noche de agosto su balada inmortal”.

“Yo quiero que algún día se entienda que mi mensaje ya no es de la garganta, ya no es de disco, ya no es de concierto: es la voz inmensa del individuo humano que está callada, que no tiene nombre, que no puede llamársele de ninguna manera. Eso es lo que yo siento, eso es lo que no me deja morir hasta que la gente sepa que mi canto no es canto, que es algo más allá del dolor, más allá de la angustia, más allá del saber, más allá de todo, del arte en sí mismo”, dijo -Chavela Vargas- en una entrevista realizada en Madrid y publicada en la revista Letras Libres en septiembre de 2003.

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Quién pudiera reir como llora ella, carta postuma de Joaquín Sabina a Chavela Vargas publicada por El País.