Foto: tomada del perfil de Facebook de Elda Ruiz
Lado B
Gabriela Cortés Cabrera, coordinadora de El Taller AC, organización dedicada a la promoción de los derechos sexuales y reproductivos, denunció que el subdirector de Promoción Cultural y Patrimonial del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP), Rafael Navarro Guerrero, cuestionó el contenido de una obra de teatro que fue contratada por ese organismo para que se presentara en la sección femenil del Centro de Rehabilitación Social de San Miguel.
De acuerdo con un comunicado y con un par de cartas que fueron dadas a conocer por El Taller, Navarro Guerrero aseguró que el contenido político de la obra “Mujer no se escribe con M de Macho” no cumplía con los estándares “estéticos” del IMACP y cuestionó que se muestre el uso del condón.
En una reunión que sostuvieron los integrantes de la organización con el funcionario municipal este le adelantó que “a partir de nuestra intervención consideraba la necesidad de generar un formato para que las y los artistas o grupos que presenten en adelante su trabajo a través del IMACP se vean obligados a aceptar, con firma de por medio, la condición de no mostrar contenidos de política, ni de religión, según se nos dijo, como postura del IMACP”.
El funcionario también les informó que lo expuesto se trataba de una postura del organismo que representa.
Ante ello, el Taller pidió por escrito a la directora del IMACP, Martha Patricia Sánchez Matamoros, ratificara la postura. En su respuesta la funcionaria cultural descartó los comentarios de Navarro Guerrero afirmando que se trató de una postura personal, “nunca a nombre de la que suscribe, ni de la institución que represento”.
Al respecto Gabriela Cortés señaló: “Lamentamos profundamente que un funcionario de una institución pública, como es el IMACP, busque imponer su punto de vista particular, pues consideramos sumamente delicado que una institución pública pudiera estar motivada a reducir las posibles actividades artísticas y culturales futuras a simples actos vacíos e irrelevantes que demuestren la falta de autocrítica. Porque poniéndonos en el lugar de nuestros y nuestras colegas, que también realizan obras de teatro y otras actividades artísticas y culturales, nos preocupa que vean restringido y sometido su trabajo creativo por una cuestión política. Así también nos ponemos en el lugar de las reclusas que, por una decisión política (otra vez), queden aún más excluidas al restringirles los espacios de crítica y reflexión”.
“Por último, como ciudadanas nos concierne y ocupa que una Institución pública de arte y cultura, tenga el interés de velar por la vida cultural y artística que la ciudadanía hemos confiado en los espacios públicos de nuestro municipio”.
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CANIJO CONEJO
