Lado B
Anatomía de un récord
 
Por Lado B @ladobemx
07 de agosto, 2012
Comparte

Las fronteras físicas de Usain Bolt son 1,95 metros de altura y 94 kilos de peso, “aunque tenga que movilizar mucha masa, las piernas largas son una ventaja biomecánica por el efecto de palanca”

Foto Agencia EFE

Núria Jar | SINC*

El jamaicano Usain Bolt reúne las tres cualidades clásicas de unos juegos olímpicos: citius altius fortius. Después de correr los 100 metros lisos en tan solo 9,63 segundos, el atleta jamaicano todavía es el más rápido, el más alto y el más fuerte del mundo.

A pocos días de cumplir los 26 años, el plusmarquista se encuentra en la edad de máximo rendimiento deportivo sobre pista, según un estudio publicado en año pasado en la revista Age. “El nacimiento marca el rendimiento deportivo, alcanza su máximo a los 26 años, y luego disminuye hasta el día de su muerte”, explica a SINC Jean-François Toussaint, científico francés del Instituto de Investigación Biomédica y Epidemiología del Deporte (IRMES) y coordinador del trabajo.

En los juegos olímpicos, alcanzar un tiempo récord se ha convertido en toda una hazaña. “Ya se han conseguido el 99% de los récords mundiales y, si prevalecen las condiciones actuales, la mitad de ellos no mejorarán mucho más de un 0,05% en 2027”, escribe Toussaint en otra de sus publicaciones. El trabajo, publicado en PLoS ONE, analizó 3.263 récords mundiales desde la celebración de la primera competición olímpica de la era moderna hasta Pekín 2008. Según las conclusiones, los récords fueron habituales entre 1896 y 1968, pero a partir de entonces empezaron a disminuir.

Por si fuera poco, el mismo centro de investigación demostró que en el 64% de las pruebas de atletismo no ha habido mejoras desde 1993, después de analizar los resultados individuales de los mejores deportistas durante el último siglo para establecer una ‘ley de progresión’.

Centésima arriba, centésima abajo, las previsiones estadísticas varían mucho en función del factor que se tenga en cuenta para predecir una nueva marca. Reza D. Noubary, matemático de la Universidad de Bloomsburg (EE UU), calculó que el récord de los 100 metros lisos alcanzaría los 9,40 segundos hacia el año 2040. “Creo que Bolt se podría haber superado si hubiera trabajado el tiempo de reacción. Él está de acuerdo conmigo en que el récord mundial se parará en los 9,40 segundos”, dice a SINC Noubary.

Pero su investigación no evalúa los límites fisiológicos del cuerpo humano. En cambio, Mark W. Denny, investigador de la Universidad de Stanford (EE UU), asegura que se podría predecir la velocidad máxima si se tuvieran en cuenta la fisiología y la mecánica de la locomoción. El científico estadounidense publicó en 2008 un trabajo sobre los límites en galgos, caballos y humanos: “La locomoción de las piernas es un proceso muy complicado”, escribe al principio de su trabajo. Más adelante se refiere al velocista jamaicano y califica sus marcas como “pequeñas mejoras sobre récords anteriores en 100 metros y 200 metros lisos”.

La máquina perfecta de correr

A día de hoy, la mejora de la forma física es más decisiva en unas pruebas que en otras. En el caso del atletismo, el aumento del rendimiento deportivo depende más del equipamiento –como las zapatillas– y la biomecánica de la persona. “La amplitud y la frecuencia de las zancadas tienen que ir muy unidas”, aclara a SINC Joan Antoni Prat, profesor de INEFC en Lleida, y uno de los creadores del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, en la provincia de Barcelona.

El límite del ser humano existe y está representado por las propias estructuras fisiológicas, dice Piero Galilea, médico del CAR. “Lo difícil es saber dónde está”, añade.

Las fronteras físicas de Usain Bolt son 1,95 metros de altura y 94 kilos de peso. “Aunque tenga que movilizar mucha masa, las piernas largas son una ventaja biomecánica por el efecto de palanca”, aclara el doctor Joan Ramon Barbany, profesor de fisiología del ejercicio de la Universidad de Barcelona (UB).

El matemático Noubary coincide: “Usain Bolt es el ejemplo perfecto que combina las ventajas mecánicas de un hombre alto con las fibras de contracción rápida de un hombre pequeño”. Aparte de la forma física, los expertos señalan que hay otros parámetros que también influyen en las competiciones deportivas, como la dotación genética del atleta.

Los últimos resultados del mapa genético sobre la salud y el rendimiento humanos, publicado en la revista Medicine and Science in sports and exercise en 2009, reunieron 239 variabilidades genéticas relacionadas con la excelencia deportiva, 52 más que en el informe anterior. Algunas de estas expresiones incluyen fenotipos relacionados con la presión sanguínea, la morfología del corazón, y el metabolismo de la insulina y la glucosa.

Seguir leyendo en el sitio de la Agencia SINC

*Esta nota se publica al amparo de una licencia Creative Commons 2.5, es decir, cualquiera puede usarlos, modificarlos y distribuirlos siempre y cuando cite la fuente.

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion