Carnage

04 de junio, 2012

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Camilo Useche*

Al terminar de ver Carnage, lo último del octogenario director Roman Polanski, es inevitable traer como referencia esa obra maestra construida por Luis Buñuel llamada El ángel exterminador.

Ya Polanski había encerrado otros personajes en pequeños recintos y mundos como lo hizo en Repulsión o en la muerte y la doncella, y fue capaz incluso de crear un ambiente claustrofóbico y aterrador en las calles de Paris y New York en El bebé de Rosmary. No es extraño por tanto que este director se mueva tan libre y de manera tan brillante en la adaptación de una obra de teatro y en espacios tan cerrados como la mente de muchos de sus personajes.

Carnage

Dirección: Roman Polanski

Guión: Yasmina Reza (basada en la obra: «Un dios salvaje»), Yasmina Reza (screenplay) y Roman Polanski

Intérpretes: Jodie Foster, Kate Winslet, John C. Reilly y Christoph Waltz

Género: Drama, comedia

País: USA, 2011

Duración: 80 minutos.

En un tono verdaderamente irónico y con pasajes fabulosos que pasan de la euforia a la inesperada calma, se destila en Carnage lo mejor de ese Buñuel y lo mejor del Polanski descarnado de siempre. Ahora son dos parejas los protagonistas que intentan, de una manera “civilizada”, aclarar el enfrentamiento que tuvo lugar en un parque entre sus hijos. De la misma manera que en El ángel exterminador, esos cuatro personajes no podrán salir de ese reducido salón en donde se encuentran y en donde brotarán a vómitos las verdaderas patologías, miedos e ironías de cada uno, desenmascarando el mundo salvaje en el que vivimos y el cinismo con que lo enfrentamos.

Debo reconocer (en parte porque detesto el teatro) que jamás vi ni tuve referencia de esa obra tan aplaudida de Yasmina Reza titulada Un dios salvaje (título a la vez en español de la película), por lo que no puedo comparar el contenido de ésta con el contenido de la obra. Y mejor, porque al pasar de los minutos me voy dando cuenta que cada plano que va hilando la película en secuencias nítidas sobre la cotidianidad de la pareja, y en ese espacio que parece un universo del tamaño de un salón, es tan lúcido y magistral, que basta con la referencia que recrea, este gran Polanski sobre la farsa de la vida, para entender la simpleza y las contradicciones del ser humano.

De nuevo Polanski logra dilucidar con humor y drama, entre diálogos mordaces y actuaciones impecables, lo patéticos que podemos llegar a ser y seguiremos siendo.

*Candidato a Doctor en Historia por I’ Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Paris. Maestro en Relaciones Internacionales y Estudios Latinoamericanos UAM, Madrid. Historiador y sociólogo por la Pontificia Universidad Javeriana y por la Universidad Nacional de Colombia.