Hace 23 años en una de las plazas más grandes del mundo, el gobierno chino ordenó la matanza de cientos de jóvenes estudiantes que pedían reformas democráticas al régimen de su país. La respuesta fueron los tanques y la violencia.
Ayer a más de dos décadas de la masacre, el gobierno chino ha prohibido hablar de lo que llamó en ese momento y ahora protestas contrarevolucionarias.
En estos días han sido bloqueadas en internet las palabras: «Seis cuatro», «23», «vela», «no olvidar nunca». De ésta manera los censores chinos evitarán que puedan verse páginas relacionadas con la masacre del 4 de junio de 1989.
Aún con toda la represión del gobierno chino como las recientes detenciones de jóvenes que protestaban por el silencio del gobierno sobre la matanza, las madres de Tiananmen siguen exigiendo reformas políticas y justicia.