Redacción

Más de 80 por ciento de las mujeres que trabajan en México no logran su real independencia debido a que no se desconectan del cuidado de la familia, señaló la académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana ciudad de México, Cinthia Cruz del Castillo.

De acuerdo con los hallazgos de la investigación Mujeres trabajando: ¿por amor o por independencia?, Cruz del Castillo asegura que las mujeres trabajadoras en México que tienen una familia se dedican principalmente al sector de servicio, son cajeras, vendedoras ambulantes o trabajan en el servicio doméstico.

Menos de 20 por ciento de las profesionistas en México que tienen una familia no representan la fuerza trabajadora del país, y a pesar de que la ley ofrece derechos iguales y oportunidades de empleo para ambos sexos con un pago equitativo para trabajos similares, sus oportunidades laborales, condiciones de trabajo, ganancias y beneficios están por debajo en relación con los hombres, precisó la académica.

Con datos estadísticos del Instituto Nacional de las Mujeres y reflexiones teóricas de Constanza Tobío y Sybilla Putzi, entre otros autores, el estudio se realizó en un grupo de cien mujeres de 40 años en promedio que laboran fuera de casa, todas casadas, con uno o dos hijos y casi todas con el grado de licenciatura.

La investigación infiere que la diferencia en oportunidades y tareas de los hombres con respecto a las mujeres ocurre por factores como la discriminación en las prácticas de contratación, condiciones de trabajo inflexibles, insuficiencia de servicios como los de guardería y distribución inadecuada de las tareas familiares en el hogar.

Tomada de mexico.cnn.com

Las mujeres mexicanas, a pesar de que trabajan fuera de casa, no suprimen su trabajo en el hogar, sus parejas no les ayudan y la presión de atender sus ocupaciones laborales y familiares les acarrean problemas de salud mental y física.

De acuerdo con datos estadísticos tomados de Sybilla Putzi, 50 por ciento de las mujeres en el mundo trabajan y esto ha significado un profundo cambio en el papel de las mujeres en la sociedad mexicana, sin embargo las desigualdades prevalecen, reiteró Cruz del Castillo, ya que las mujeres en México sólo son dueñas de 23 por ciento de los negocios de ventas al por menor; de los 460 puestos directivos, de 37 compañías mexicanas, las mujeres sólo ocupan 20 de los cargos empresariales.

En tanto, en los sectores de servicio público y privados, los hombres ocupan más de tres cuartas partes y ganan 28 por ciento más en promedio que las mujeres. En niveles ejecutivos, las mujeres ganan tan sólo 65 por ciento del salario de los hombres.

Dentro de las motivaciones que las mujeres encuentran para laborar se enlista la crisis económica generalizada y el hecho de que hoy el ingreso del hombre no es suficiente para cubrir las necesidades de una familia.

Entre las ventajas de trabajar fuera de casa que este grupo de estudio identificó están obtener un ingreso fijo, ampliar su círculo de amistades, poder de realización y salir de la rutina del hogar, entre otros.

Sobre las desventajas destaca el descuidar a los hijos y los quehaceres del hogar, tener poco tiempo para la familia, el deterioro de la salud o los problemas con la pareja.

La doctora refirió que las mujeres mexicanas por estar en un proceso de transición y ante la posibilidad de cambiar sus opciones de vida sacrifican alguno de los mandatos que aprendieron como naturales y casi fundamentales para su propia autodefinición, como es el de cuidar a los hijos.

Reflexionó que es necesario que la mujer reciba el apoyo de la pareja para atender las necesidades de la familia, a fin de que se preserve su salud mental y física, porque si las mujeres trabajan para apoyar con los gastos de manutención del mismo modo que un hombre, no existe impedimento físico ni biológico para que los hombres realicen tareas domésticas.

Destacó que las mujeres que trabajan deberán incidir en la educación de sus hijos para derribar la creencia que únicamente las mujeres son capaces y son las responsables de las tareas del hogar y del cuidado de la familia.

Otro de los hallazgos significativos que marca el proceso de transición de la mujer mexicana trabajadora se refiere a que actualmente las mujeres retrasan la maternidad por elección y algunas eligen no ser madres, aunque tales acciones sean costosas a nivel personal y social.

En este contexto, Cruz del Castillo subrayó que “las mujeres, aunque derribando obstáculos, están en transición en contraste con los hombres que más que participantes parecen observadores del fenómeno sin saber exactamente qué lugar tomar”.

La académica del Doctorado en Investigación Psicológica de la Ibero adelantó que se encuentra en proceso la segunda etapa de la investigación, donde hará un estudio cualitativo para evaluar los niveles de autonomía de mujeres de todo tipo y detectar los papeles que desempeñan en su casa.

Mujeres trabajando: ¿por amor o por independencia? forma parte de la compilación Mujeres en transición: Reflexiones teórico-empíricas en torno a la sexualidad, la pareja y el género, que aborda temas sobre los cambios y fortalezas de la mujer mexicana. Próximamente será publicado por la Ibero.

El libro reúne investigaciones en psicología social de Nélida Padilla Gámez, Isadora Martínez Rodarte, Judith López Peñaloza, Georgina García Rodríguez, Melissa García Meraz, Tania Esmeralda Rocha Sánchez, Angélica Romero Palencia y Abril Violeta Zarco Iturbe.

Las autoras de este libro consideran que sus investigaciones son una protesta, una forma de ver, de reconocer, de entender y de promover cambios ante la realidad que comparten en la sociedad mexicana. Con este trabajo buscan construir una mejor posibilidad de vida y desarrollo para las mujeres en general.