Definitivamente, los mexicanos no tenemos todavía una cultura del debate político entre candidatos a la presidencia de la República. Estamos a 4 días de que se realice el primero de ellos y todavía no sabemos si se va a transmitir en cadena nacional, compitiendo además  con el partido de fútbol de las semifinales del torneo mexicano.

No es posible que le demos tan poca importancia a conocer las propuestas y puntos de vista de  quienes pueden gobernar el país. No podemos priorizar ver un partido de fútbol y dejar que las televisoras privadas nos nieguen el derecho de estar informados acerca de lo que dicen los candidatos.

En otros países como Estados Unidos y los países europeos, los debates son serios, con un formato que permite efectivamente que los candidatos debatan entre ellos y contesten a los cuestionamientos de los demás contendientes.

En Francia, el debate entre Holande y Sarkozy, atrajo la atención de 20 millones de personas, que durante tres horas, estuvieron atentas a lo que decían y cuestionaban los candidatos. Y fue transmitido en vivo por seis cadenas de televisión  y por seis cadenas de radio en todo ese país, lo que nos habla de que para los franceses el debate entre los candidatos a la presidencia es un acontecimiento que es tomado en cuenta prioritariamente por los ciudadanos. Es decir, eligen a su candidato con el pleno conocimiento de que las propuestas son las mejores. En nuestro país tenemos que pelearnos con las televisoras que anteponen un interés deportivo que es legítimo, pero bien podrían cambiar el horario de transmisión y no obstaculizar el acceso a la información para los mexicanos. Con el formato del debate que en realidad no permite una confrontación real de las ideas y puntos de vista distintos entre los candidatos.

Ojalá que pronto tengamos un interés real por los debates y analicemos con cuidado todas las propuestas que permitan que en un futuro tengamos un mejor país.

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Desde la redacción de Lado B, mandamos un saludo a todos los albañiles poblanos en su día: el de la Santa Cruz, 3 de mayo.