El kilómetro cero de la capital española es emblemático porque ahí comenzó la fundación de Madrid. La plaza del Sol, es nuevamente el sitio de reunión de quienes hace un año encabezaron las protestas de los llamados a sí mismos, indignados. Su lucha no ha terminado, nuestra de ello es que además de Madrid, en Barcelona, Valencia y Bilbao se desarrollaron manifestaciones para exigir un cambio político y un nuevo modelo económico mundial. Las personas en el mundo demandan empleo, acceso a servicios de salud, pensiones justas, salarios que les permitan vivir dignamente. Es decir, que sea más equitativo el reparto de la riqueza, situación por demás difícil de lograr en el capitalismo.

Hace un año que el movimiento comenzó y en esta ocasión, las protestas se extendieron  por muchas ciudades europeas: Londres, Lisboa, Bruselas, ciudades de Italia y Alemani se sumaron a la protesta.

El entorno mundial no es distinto. En los últimos meses hemos visto casos dramáticos como el de Grecia, cuyos habitantes han perdido sus bienes y la mendicidad es ahora un escenario cotidiano en las calles de Atenas.

Si vemos nuestra realidad, en México la pobreza se ha extendido hasta afectar a 40 millones de mexicanos. En Puebla las cifras lo dicen todo.  Si bien, el empleo repuntó un poco, los salarios son bajísimos y algo más grave, la mayoría de quienes accedieron a un puesto de trabajo no tiene derecho a los servicios de salud. Es el caso de 80% de los ocupados.

Y lamentablemente, en Puebla, el sector que sigue sumando empleos es el informal, que desde luego, no brinda prestaciones a quienes laboran en éste. Hay todavía 96 mil 878 personas en Puebla que se encuentran desempleados. ¿Cuál será su futuro?