El informe que dio a conocer el día de ayer Médicos sin Fronteras es devastador. La organización humanitaria informa que el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, canceló su próximo fondo de subvenciones.

El nombre del informe nos dice todo: “perdiendo terreno” informa que hasta 2014, no se darán nuevos fondos para tratamientos de los enfermos que padecen sida, tuberculosis o malaria.

Actualmente en el mundo hay aproximadamente 34 millones de personas infectadas de sida. El mayor número de portadores de este mal se encuentran en África Subsahariana con 22 millones de infectados.

Esta decisión implica que quienes pudiesen comenzar un nuevo tratamiento, no lo podrán hacer. Se perderán además tres años de un programa que daba ayuda a enfermos para mejorar su calidad de vida y darles la posibilidad de vivir algunos años más.

Qué esperanza le queda a los enfermos de cualquiera de estos padecimientos, sin fondos que permitan que tengan acceso a ellos y a tratamientos para su enfermedad.

“Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización médico-humanitaria de carácter internacional que aporta su ayuda a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes de origen natural o humano y de conflictos armados, sin ninguna discriminación por raza, religión o ideología política”.

El gran esfuerzo que hacen quienes forman Médicos Sin Fronteras no debe quedarse sin apoyo. Son más de 3.7 millones de socios y colaboradores que luchan diariamente por otras personas.

La organización humanitaria hace un llamado mundial para que se donen fondos y no se retroceda de forma tan radical en el tratamiento de padecimientos de salud mundial tan grave como el sida, la tuberculosis o la malaria que tantas vidas han cobrado en el mundo.