111,000 pesos mensuales de la dieta que reciben los diputados poblanos, no son nada despreciables. Sin embargo, cabría preguntarles a los candidatos a diputados para la elección 2012, si están en campaña y reciben dinero del Instituto Federal Electoral, ¿no podrían pedir permiso para realizar  campaña y no seguir cobrando la dieta y además hacer campaña?

Alejandro Oaxaca es suplente de Enrique Doger Guerrero, en la actual legislatura. Es también candidato por el distrito 10 de la coalición “Movimiento Progresista”,  y no ha renunciado a pesar de que en diversas ocasiones lo ha prometido. Y no es el único caso, Augusta Díaz de Rivera, diputada federal de Acción Nacional, tampoco renuncia, al igual que Leticia Jasso, senadora y ahora candidata del partido Nueva Alianza a la diputación federal. La ausencia de reglas claras para que los diputados, senadores, presidentes municipales, puedan competir para ocupar otro puesto, ha permitido esta larga historia de brincos a puestos, cambios de partidos –sin importar el alejamiento ideológico de los principios que dicen defender- así como la ausencia de licencias, que a los ciudadanos les hacen dudar del compromiso con el pueblo que todos los candidatos dicen tener cuando están en campaña.

Elecciones van y elecciones vienen y no hay entre quienes representan a los partidos políticos y a los representantes populares que ocupan los puestos, una clara conciencia de que la sociedad pide a gritos, congruencia entre el discurso y la práctica de los políticos mexicanos.

Si realmente quieren que la sociedad crea en Ustedes, sean congruentes con su ideología, su plataforma de principios y su responsabilidad al aceptar un puesto de elección popular que deben ocupar de principio a fin de su mandato y no ir de un lado a otro, buscando estar siempre en la cartelera.