Lado B
Un padre lucha por salvar a su hija de la mutilación genital
 
Por Lado B @ladobemx
04 de marzo, 2012
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Accra. Cuando Jack Sabadgou abandonó Ghana para mudarse a Suiza hace 10 años, dejó a su hija pequeña al cuidado de su madre. Ahora quiere recuperarla, y corre contra el tiempo para salvarla de la mutilación genital. La niña, Yuma, ahora tiene 13 años, y vive en la aldea de Bawku, en el norte ghanés, donde perviven prácticas tradicionales como la llamada circuncisión femenina.

Cuando a la abuela de Yuma le diagnosticaron cáncer de mama, ella atribuyó la enfermedad a espíritus malignos que, señaló, la castigaron porque su nieta no había sido circuncidada.

«Es una enfermedad», dijo Sabadgou desde su hogar en Suiza. Señaló que su madre no entendía que el cáncer no tenía nada que ver con espíritus malignos ni con su nieta.

«No quiero perder a dos personas», afirmó, tratando de contener las lágrimas. «Las amo a las dos».

La mutilación genital femenina (MGF) es un término genérico que comprende diferentes procedimientos como la extirpación total o parcial de los genitales externos de la mujer u otro tipo de intervenciones en sus órganos sexuales sin justificación médica.

La práctica fue prohibida en Ghana en 1994, y es condenada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS señaló que la ablación solo causa daños en las niñas. Puede provocar infecciones recurrentes en la vejiga y en el tracto urinario, quistes e infertilidad.

Pero, en aldeas como Bawku, la práctica continúa intacta.

La desesperación de Sabadgou para salvar a su hija es evidente.

Sabadgou regresó a Ghana a comienzos de febrero para solicitar la custodia legal de Yuma, y así trasladarla a Suiza. Luego de completar el papeleo, habló con los líderes de la aldea para pedir que detuvieran la MGF, pero sus reclamos cayeron en oídos sordos. Ahora se encuentra en Suiza esperando el resultado de su trámite.

En las regiones norteñas de Ghana, la MGF es generalmente practicada entre diciembre y febrero. Sabadgou cree que tiene hasta fines de este año para salvar a su hija de la ablación.

Florence Ali, presidenta de la no gubernamental Asociación de Ghana para el Bienestar de las Mujeres, ha sido la única aliada de Sabadgou en este país africano.

Antes de dedicar su vida a la lucha contra la MGF, Ali fue partera. Muchas de las mujeres que asistió, así como los bebés que llevaban en sus vientres, murieron debido a complicaciones causadas por la ablación.

Una mujer no pudo parir por las cicatrices de su vagina. Ali no contaba con los equipos necesarios para realizar una cesárea, y por tanto la madre y su bebé murieron.

La directora del Departamento de Infancia, Mariama Yayah, dijo que la MGF era practicada en Ghana para privar a las mujeres del placer sexual y con el argumento de que de esa forma eran leales a sus esposos.

Muchos ghaneses del norte consideran que la mutilación es parte normal en la vida de una mujer.

Sabadgou planea regresar a Bawku en diciembre para tratar de convencer a las mujeres jóvenes de la aldea que la práctica es dañina.

«Va a ser una lucha. No va a ser fácil», admitió, y explicó que nadie en la aldea apoyaba su postura contra la MGF. No obstante, está dispuesto a continuar su lucha hasta las últimas consecuencias.

Los responsables de las ablaciones en Ghana pueden ser condenados a entre cinco y 10 años de prisión si son juzgados. Pero las autoridades no hacen lo suficiente para detenerlos, dijo Sabadgou.

La OMS estima que 92 millones de niñas de 10 años han sufrido la MGF en África. En solo 22 países del continente existen leyes contra esta práctica.

En 2008, la Asamblea de la OMS aprobó una resolución contra la MGF.

Lea aquí el reportaje completo de IPS.

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