Lado B
PEMEX: Crisis generada desde el gobierno
Endeudamiento, ineficiencia y corrupción mantienen a la paraestatal en estado de postración
Por Lado B @ladobemx
19 de marzo, 2012
Comparte

La privatización continúa utilizando el concepto de ventas de primera mano, echando para atrás los límites establecidos para PEMEX.  El endeudamiento, la cultura de la ineficiencia, corrupción e impunidad,  tienen a la paraestatal en  estado de postración

Foto: Joel Merino.

Alfonso Hickman*

(Primera de dos partes)

Muchas voces de alerta se han elevado, diciendo que Pemex ha perdido la personalidad de un organismo público petrolero con capacidad para explorar, restituir sus reservas, con cuadros técnicos cualificados para desarrollar, analizar e interpretar los estudios de exploración y para desarrollar proyectos de explotación buscando la máxima recuperación.

Se dice, con pruebas en la mano, que sus directivos están totalmente desorientados, pues las mayores inversiones se realizan en proyectos que no son rentables para la Nación. Que Pemex Exploración y Producción, está obligado a extraer volúmenes que contravienen las prácticas de una explotación racional obteniendo cada vez más crudos pesados que tienen que mezclarse con los menores volúmenes de crudos ligeros para lograr un producto de calidad competitiva que pueda venderse a precios aceptables en los mercados internacionales y que no obstante la destrucción de valor con la exportación, acrecienta el daño cuando destina a las refinerías del país los crudos pesados y extra pesados que afectan los índices de productividad, para lo cual, el oportunista Pemex Internacional (PMI) se apresta a realizar, aun en contra del sentido común, la importación de crudos ligeros en compensación a los que México exporta a los EUA.

Foto: Joel Merino.

También se ha advertido que en las actividades industriales, los organismos subsidiarios de refinación, gas, petroquímica básica y petroquímica, son deficitarios al no poder producir lo suficiente el abastecimiento nacional, además de operar permanentemente con números rojos. En las actividades de transporte, almacenamiento y distribución, se entregó a la iniciativa privada extranjera el negocio del gas natural y se están llevando a cabo acciones para la formación de un mercado privado para los derivados de la refinación, LP y petroquímicos básicos, paralelo a Petróleos Mexicanos.

En la comercialización, la privatización continúa utilizando el concepto de ventas de primera mano, echando para atrás los límites establecidos para Petróleos Mexicanos, mientras que la iniciativa privada avanza. En los procesos de apoyo a las actividades estratégicas de Pemex, como son el mantenimiento y proyecto y construcción, se ha destruido la integración vertical que mínimamente debería existir en cualquier empresa privada o pública que desee tener una presencia fuerte en su sector.

Imagen: Cortesía.

Por otra parte, la expoliación de las utilidades de Pemex por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, los escasos recursos presupuestales para una sana expansión e investigación y desarrollo, así como el brutal endeudamiento fundado en la nociva práctica de que la deuda se paga con nueva deuda, en una cultura de ineficiencia, corrupción e impunidad,  tienen a Pemex en un estado de postración.

Algunos mexicanos, en los que hace mella la desinformación, mantienen la creencia del que el causante único del naufragio son los trabajadores y su sindicato; por eso, aunque ya se ha expuesto en incontables ocasiones, vale la pena preguntar nuevamente ¿Como se llegó a esto? ¿Las causas tienen su origen únicamente en agentes externos? ¿Es pura y mala suerte? Nada de eso. Hay que recuperar, aunque sea reiterativo, la memoria de los hechos y de los actores que han sido factor en la debacle de nuestra principal industria estratégica, y su utilización, no como palanca del desarrollo nacional, sino como un componente fundamental de la captura del Estado mexicano.

Imagen: http://www.saladospuntocero.com

A principios de los años ochenta, los países desarrollados decidieron incrementar unilateralmente los intereses de las deudas externas de los países subdesarrollados. México fue tomado desprevenido. A decir del profesor Saxe-Fernández, en su libro Terror e Imperio, en la lista de los principales acreedores de México no fue sorpresa encontrar los más importantes bancos de los EUA, que a su vez eran propietarios de las principales compañías petroleras.

Baste citar que el acreedor más importante era el Citibank, ahora dueño de la mitad del sistema bancario mexicano y principal accionista de Arco y Phillips Petroleum, segundo accionista en importancia de Continental Oil Corporantion, que a su vez fue comprada por una de las principales interesadas en la industria petroquímica nacional: DuPont.

El Citibank, es a su vez el tercero y quinto accionista más importante de Texaco y Exxon, respectivamente. Así también, después del Citibank, encontramos en la lista de los primeros nueve acreedores de México a los bancos Bank of America, Manufactures Hannover Trust, Chase Manhattan Bank, Bankers Trust, Continental Illinois, Casa Morgan Guaranty, First National de Chicago y el Prudencial Insurance, todos ellos principales accionistas en empresas petroleras de calibre multinacional.

En la renegociación de la deuda, el gobierno del presidente Miguel de la  Madrid, fue incapaz de rehuir el tema de la apertura energética en México. Fue entonces, cuando apareció la política pública denominada Reconversión Industrial consistente en:

  1. Hacer que los activos petroleros se convirtieran en sostén de la transformación estructural de México.
  2. Adoptar nuevos criterios estratégicos para el crecimiento interno de la producción, refinación y exportación de crudo. Un argumento fundamental en esta tesis es que resultaba “[…] preferible exportar más, ahí donde es viable multiplicar los aportes a la balanza de pagos e importar productos que ha abaratado la competencia internacional”.]  Se concluyó que no es conveniente buscar, “como objetivo dominante, y a cualquier costo, la autosuficiencia energética”; y
  3. Establecer una estrategia externa, la cual se basó en adquirir demandas más rápidas y remunerativas en los mercados internacionales, así como crear sistemas de organización altamente flexibles siguiendo las pautas de las grandes trasnacionales y singularmente, formar alianzas, y a realizar inversiones con gobiernos o empresas de otros países, a fin de asegurar mercados estatales y el acceso a la información y a la tecnología avanzada. Esta política se aplicó en Pemex por Francisco Rojas con ayuda de los cuadros de economistas dejados por Mario Ramón Beteta.

Foto: Joel Merino.

En enero de 1989, el presidente Carlos Salinas de Gortari, mediante una operación quirúrgica, calculada con la mente fría propia de un psicópata, acabó con el líder Joaquín Hernández Galicia. A este golpe de mano se le conoció como el “quinazo” y fue utilizado, conjuntamente con el arbitrario cierre de la emblemática refinería “18 de Marzo” de la ciudad de México, como una fuerte señal a los EUA interesado en concretar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Canadá y México, con cobertura al sector de la energía.

Para acelerar el proceso de alineación de Pemex con la política de la Reconversión Industrial y con las negociaciones del Tratado del Libre Comercio, Francisco Rojas introdujo en Pemex a la consultora McKinsey para que ayudara a planificar una reorganización de la paraestatal por lineas de negocios, que rompiera la estructura monolítica fundamento de su fortaleza frente a los embates privatizadores.

McKinsey, venía precedida por la experiencia de organizar en 1979 la reunión convocada en Holanda por el Grupo Royal Dutch/Shell, para explorar nuevos significados en los conceptos de “innovación de productos y servicios” y “empresas innovadoras”.

Dicho seminario consistió en entrevistas a altos funcionarios más el análisis de 25 años de literatura existente al respecto. Entre las empresas invitadas, destacaron además representantes de los potentes trusts petroleros y petroquímicos como son Exxon, Arco, Dow Chemical, Dupont, Standard Oil Indiana, Amoco. De este ejercicio emanaron los principios y metodología con los que se atacó la organización de Pemex.

Encuentra la segunda parte del texto aquí.

Texto presentado en el «Seminario Internacional: Crisis Económica-ecológica: retos y alternativas» el 08/11/2010.

*Alfonso Hickman.  Ingresó  a Pemex en 1981 en la refinería ‘Francisco I. Madero  y  en 1983 fue transferido a la ex Subdirección de Proyecto y Construcción de Obras de la Cd. de México, destacando en proyectos de fabricación, transporte e instalación de plataformas marinas en la Sonda de Campeche.

En 1992 se desempeñó como Asesor de la ex Coordinación Ejecutiva de Construcción, área a cargo de la mayoría de los proyectos de inversión de Petróleos Mexicanos. Participó directamente en la reorganización de Petróleos Mexicanos y los Organismos Subsidiarios.

De 1993 a 2000 fue vocal del Comité de Obras de Pemex Refinación y tuvo a su cargo la coordinación de las auditorias practicadas por las diversas instancias fiscalizadoras a los contratos de la ex Subdirección de Proyectos de Pemex Refinación.

A partir de 2005 se encuentra jubilado y ha participado en el Grupo Ingenieros PEMEX Constitución del 17 y en el Comité Nacional de Estudios de la Energía, A.C. en cuya representación asistió a los Foros organizados por el Senado con motivo de la denominada Reforma Energética de 2008, con una postura de oposición a las iniciativas presentadas por el presidente Felipe Calderòn y el Partido Revolucionario Institucional.

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion