Lado B
El compromiso fue debatir el cómo “Reescribir México desde el siglo XXI” y José Luis Zarate escribió:
Muchos están Escribiendo a México en el Siglo XXI con los pulgares.
— Jose Luis Zarate (@joseluiszarate) marzo 24, 2012
El mensaje se lanzó a la red, ese no lugar que venimos habitando desde finales del siglo pasado, y de ahí se replicó como un virus. O no, ahí quedó atrapado entre unos y ceros. Pero Zarate, polizón de ese encuentro de escritores al que convocó el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP), tuiteó el mensaje desde su butaca de espectador, de mirón de un debate en dos planos: el que se desarrollaba, o lo intentaba, en las salas del Centro Cultural Universitario; y otro, más vivo, el que se podía seguir en 140 caracteres.
Mensaje provocador en un contexto de revisión histórica, por aquello del 5 de mayo: “reescribir al país” fue el pretexto para reflexionar como narrar el actual: ese que parece que ha cambiado las letras por números para poder contabilizar a sus muertos y mirar el tamaño de sus desigualdades, alguien dijo con imaginación y fantasía, otra más allá sugirió recuperar el humor, un tercero pide acabar con los eufemismos y comenzar a llamar a las cosas por su nombre.
(Un gato negro con piel tejida que pasa por ahí tras escapar de una casa sugiere: “Reescribir debe hacerse desde la manera más literal, con un lápiz que remarque obsesivamente las palabras para no olvidar”, pero esa es otra historia).
Lado B, que también cree que México se está escribiendo y narrando en fragmentos –y no de 140 caracteres— recogió cuatro de las ponencias –la quinta se diluyó en el camino— de las decenas que se leyeron entre el 23 y 24 de marzo –otros divagaron sobre ideas al vuelo, lo de más allá aprovecharon para leer sus cuentos a un público conformado por otros escritores y casi ningún lector ajeno al mundo de las letras–, para tratar de entender cómo reescribir al país.
A la par, y aprovechando la promiscuidad digital –que no plagio–, retoma el audio de las mesas que el IMACP subió a internet para acompañar las letras y hacer más completa la experiencia a los lectores. Así, al finalizar cada ponencia se encuentra el audio respectivo, y más abajo las ligas-índice para seguir navegando el contenido.
Alberto Chimal
Como escritor me interesa lo que comúnmente, prejuiciosamente, se llama literatura fantástica. El término es equívoco porque se suele utilizar para un conjunto muy pequeño de obras, en general promovidas por grandes empresas de medios y dedicadas a ofrecer un entretenimiento inocuo, conservador y simplista. La imaginación fantástica, por otra parte, es mucho más que eso. En sus momentos más elevados propone nada menos que una crisis de la conciencia: la búsqueda de lo otro real, no impuesto, no prefabricado, que no es menos importante en el siglo XXI aunque no nos parezca urgente: de hecho, las experiencias interiores que señala son más apremiantes ahora, en la actualidad mexicana, que nunca antes».
Yussel Dardón
Pensar en las posibilidades de reescribir a México en el siglo XXI es una provocación disfrazada de tautología, incluso de tanatología. Entonces recuerdo la conferencia de Philip K. Dick titulada “Cómo construir un universo que no se derrumbe dos días después”. Sonrío, claro. Luego pienso en la multiplicidad de realidades que se conjugan en un espacio fragmentado que de poco en poco, en el mejor de los escenarios, se construye. Sin embargo, construir es destruir un espacio y viceversa.
Arturo Vallejo
Quiero comenzar aclarando que en mi opinión a México no sólo hay que reescribirlo. Habría que romper el papel y sacar otra libreta para comenzar de nuevo. Por lo menos así es como creo que se ve la cosa en estos momentos. Con esto dicho haré un esfuerzo para imaginar un nuevo país ahora, en este nuevo siglo.
Otra cosa que debería advertir es que desde siempre me han vuelto loco los superhéroes.
Raquel Castro
Tiré a la basura el texto que estaba terminando y empecé de nuevo: tenemos que rescribir México desde el humor. Se supone que somos un país que se ríe de la muerte, que domina el humor negro y que no tiene miedo de carcajearse de sí mismo. Se supone que tenemos una tradición literaria que también sabe tomarse con humor las cosas, heredera del español Francisco de Quevedo, con representantes como José Joaquín Fernández de Lizardi, Jorge Ibargüengoitia, Emma Godoy, Jorge Mejía Prieto y Carlos Monsiváis, por mencionar sólo a algunos.
PERIODISMO DE LO POSIBLE
CANIJO CONEJO
