Montserrat Muñoz Suárez

Año 2012: más de 7 mil millones de personas viven en el planeta; nunca antes el conocimiento ha avanzado tan rápidamente como ahora; en ninguna otra época la tecnología ha incidido tanto en la vida humana; paradójicamente, en este mundo de tecnología, avances científicos y velocidad vertiginosa cada año el rotavirus arrebata la vida de  medio millón de seres humanos, muchos de ellos niñas y niños.

La “enfermedad democrática”, como también se le conoce al rotavirus, afecta a todas las poblaciones del mundo. La solución a éste y otros padecimientos se encuentra en la cultura de prevención, que incluye, entre otras medidas, la vacunación.

Según un artículo publicado en la revista Salud Pública de México en 2009, el 80% de las muertes infantiles ocasionadas por el rotavirus ocurre en países pobres o en vías de desarrollo, que a su vez representa 5% de la mortalidad infantil mundial.

Lo que establece la diferencia tan marcada de incidencia por rotavirus en países desarrollados y subdesarrollados no son las condiciones sanitarias, de higiene o de calidad del agua. La letalidad del rotavirus es mucho más acentuada en países en desarrollo debido a factores como la desnutrición, la falta de acceso a servicios de salud y la poca o nula cultura de prevención, acorde a datos de la Organización Panamericana de Salud.

El rotavirus es la causa más importante de las diarreas en niños menores de 5 años en todo el mundo. En entrevista, Oscar Eduardo Bravo Beltrán, médico encargado del área de Pediatría del Hospital General de Tuxtepec, Oaxaca, comentó que los síntomas que presenta la persona infectada por rotavirus incluyen vómitos, fiebre, dolor abdominal y diarrea aguda, la cual puede persistir hasta por nueve días. Lo anterior puede ocasionar deshidratación y llevar a la muerte en algunos casos.

Por su parte, Carlos Francisco Espinoza Vázquez, maestro en Ciencias y catedrático de la escuela de Medicina de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), explicó que la forma de contagio es por transmisión fecal-oral. Una diminuta cantidad de saliva sobre un juguete, un pasamanos o un teléfono es suficiente para transportar altas cantidades del virus.

Cabe resaltar que los adultos son frecuentemente portadores del virus, pero son asintomáticos. Muchas veces son los padres quienes contagian a los hijos, debido a problemas de higiene propios de la vida diaria.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el rotavirus causa 608 mil 400 muertes anuales, de las cuales de 15 mil a 25 mil ocurren en el continente americano.

América Latina: el reto de reducir la mortalidad causada por rotavirus

La comunidad médica latinoamericana notó los estragos del rotavirus desde hace más de 15 años, según la OPS. Fue entonces que se implementaron por primera vez en Venezuela una serie de estrategias para atenuar las más de 10 mil hospitalizaciones al año por diarrea en niños menores de 3 años, explica Espinoza Vázquez.

En Brasil, la diarrea por rotavirus alcanzó el segundo lugar de mortalidad infantil, además de que se registraron más de 70 mil visitas clínicas entre 2005 y 2006, según datos publicados en la revista Plos Medicine.

México tuvo una media anual de mil 793 muertes por rotavirus en el periodo 2003-2006, acorde con un artículo publicado por The New England Journal of Medicine (www.nejm.org) en 2010.

Con estas estadísticas en contra, representantes de ministerios y secretarías de salud de distintos países del continente americano se reunieron en el Sexto Simposio Internacional sobre el Rotavirus, celebrado del 7 al 9 de julio de 2004 en la Ciudad de México, para hablar sobre las cifras de víctimas alrededor del rotavirus, así como de la necesidad de una vacuna para combatir la enfermedad.

Los acuerdos de dicha reunión se  plasmaron en el Acta del Sexto Simposio Internacional sobre el Rotavirus. Uno de los compromisos pactados fue continuar con el apoyo a las inmunizaciones en la región e introducir una vacuna contra el rotavirus (vacuna RV) como prioridad impostergable, previendo que podría reducir la mortalidad por este virus hasta un 60 por ciento.

Cumpliendo con este acuerdo, Brasil, Nicaragua, El Salvador, Panamá, Venezuela y 14 estados de México incluyeron vacunas contra el rotavirus en sus esquemas nacionales de vacunación, para ofrecerla al público de manera gratuita desde 2006.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró a otros tres países que introdujeron la vacuna un año después: México en la totalidad de su territorio, Ecuador y Perú, en las zonas de más riesgo.

Cabe destacar que desde años antes, la vacuna ya se encontraba disponible en farmacias pero tenía un costo elevado que en muchos casos la hacía inaccesible a la población, especialmente, la más pobre.

Entendiendo al cuerpo

El cuerpo humano cuenta con una defensa natural contra cualquier enfermedad: el sistema inmune. Éste funciona como una especie de sistema judicial ultra avanzado y prácticamente perfecto. Aquí su funcionamiento: cuando un delincuente entra al cuerpo, los policías detectan a este nuevo e indeseado huésped. Ellos intentan deshacerse de él; en caso de no lograrlo, avisan a sus superiores, quienes en el cuartel general crean un arma idónea para matar al criminal.

Pero los policías deben ser eficaces al identificar al delincuente, pues sin información correcta, las armas hechas por los superiores fallarán una y otra vez. El arma está lista: un escuadrón especial se encarga de usarla contra el criminal. El bandido cae. Los superiores se previenen de un nuevo ataque de un delincuente de la misma banda que el anterior. Entonces guardan la pistola especialmente diseñada para maleantes de esa banda delictiva, la cual ha de funcionar si estos se aparecen nuevamente.

En esta analogía, el delincuente es la bacteria o el virus; los macrófagos hacen el papel de policías; los superiores son los linfocitos T y B,  el cuartel general está en los órganos linfáticos secundarios. El arma generada es el anticuerpo, indicó Espinoza Vázquez.

Prevenir: la única forma de combatir la “enfermedad democrática”

Cada año, el rotavirus es la causa de 25 millones de consultas médicas y más de 500 mil muertes en niños menores de 5 años en todo el mundo, acorde con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A falta de una cura, la cultura de la prevención resulta la mejor estrategia contra esta y otras enfermedades.

Por ello se han creado las vacunas, hasta ahora la forma más efectiva de prevenir y combatir el rotavirus y otros padecimientos.

De acuerdo con datos de la Iniciativa Europea de Vacunación, la idea básica de la vacuna es introducir un virus o bacteria atenuado desconocido por el cuerpo para que este lo reconozca como ajeno y aprenda a destruirlo. Siguiendo con el ejemplo del sistema policiaco, la función de la vacuna sería introducir al delincuente sin armas para defenderse.

Las vacunas que se desarrollaron para la prevención del rotavirus fueron dos:Rotateq, de laboratorios Merck Sharp &Dohme y Rotarix, de laboratorios GlaxoSmithKline.

La vacuna Rotateq previene contra 5 tipos o cepas de rotavirus, por lo cual se le denomina polivalente o pentavalente. Es esta la vacuna utilizada en Brasil, Nicaragua, El Salvador, Panamá, Venezuela, Perú y Ecuador, registra la OMS.

Rotarix previene contra un solo tipo de rotavirus; es también conocida como monovalente. México es el único país que aplica esta vacuna, aunque también tiene en existencia ejemplares de la vacuna pentavalente.

Ambas vacunas vienen en presentación oral y son aplicadas en una, dos o hasta tres dosis en niños mayores de 2 meses de edad y hasta los 36 meses, de acuerdo a datos de la OMS.

Una evaluación positiva

La mortalidad por diarrea causada por rotavirus ha bajado drásticamente desde la inclusión de la vacuna RV a los esquemas nacionales de vacunación.

En Brasil, por ejemplo, el número de muertes de niños con diarrea se redujo un 22%; las hospitalizaciones por rotavirus también disminuyeron un 17% y se estima que la aplicación de la vacuna RV evitó más de mil 500 muertes de 2007 a 2009, según datos de la publicación Plos Medicine.

En México, según el estudio “Childhood Diarrhea Deathsafter Rotavirus Vaccination in Mexico” realizado por la Dra. Vesta Richardson López-Collada, directora general del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y laAdolescencia (CENSIA), el M.P.H UmeshParashar y el doctor ManishPatel, del Center for Disease Control and Prevention, la mortalidad por diarrea se redujo un 56% durante la temporada de rotavirus de 2002 a 2010. Además, las hospitalizaciones por diarrea se redujeron en un 42%. En resumen, desde que inició el programa de vacunación en el país, se evitaron un aproximado de 2 mil 640 muertes hasta 2010.

Sin embargo, hay países latinoamericanos que aún no proveen de manera gratuita la vacuna RV; Argentina es uno de ellos.

Estimaciones difundidas en un artículo en la revista Nuestra Farmacia, editada por la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias, indican que más de 20 mil niños son internados a causa de la infección por rotavirus al año. Además, un niño muere cada 3 días a causa de esta enfermedad.

Ha habido intentos por hacer gratuita la vacuna RV e incorporarla al esquema de vacunación de ese país sudamericano. Uno de estos fue propuesto por el político argentino Esteban Jeréz, quien durante su campaña para la gubernatura de Tucuman impulsó un proyecto de ley para incluir la vacuna al calendario oficial de vacunación en 2011.

Un mundo en el que no mueran niños por diarrea

La diarrea continúa en los primeros lugares mundiales de mortalidad en niños de países subdesarrollados, a pesar de los esfuerzos médicos para evitar la deshidratación, según la OMS.

Queda claro que, a pesar de diagnósticos oportunos, la prevención resulta la mejor opción a la hora de combatir el rotavirus.

Las estadísticas de los países que ya tienen disponible la vacuna contra el rotavirus de manera gratuita muestran un gran avance en la disminución de mortalidad por diarrea en niños menores de 5 años.

Es prioritario incluir la vacuna RV en el resto de los países latinoamericanos para continuar con el combate contra el rotavirus. Se debe, además, dar la importancia merecida a los programas de investigación médica, los cuales tienen como objetivo producir nuevas vacunas con mayor efectividad, menos efectos secundarios y a menor costo.