Lado B
Endorfinas, las moléculas de la felicidad
 
Por Lado B @ladobemx
29 de febrero, 2012
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Redacción

El ejercicio, el consumo de ciertos alimentos, el enamoramiento, la excitación y el orgasmo generan endorfinas cuyo efecto analgésico y de sensación de bienestar es similar a los opiáceos (droga derivada del opio que produce un efecto calmante), afirmó Jorge Antonio Yáñez Santos, profesor Investigador de la Facultad de Estomatología de la BUAP.

Durante su participación en el programa “Miércoles en la Ciencia”, indicó que las endorfinas son moléculas de naturaleza polipeptídica, sintetizadas por el hipotálamo y secretadas al torrente sanguíneo por la glándula pituitaria.

Su nombre proviene de las raíces griegas “endo” que significa «dentro» y morfina, de Morfeo, dios griego de los sueños en la mitología griega; identificadas por primera vez hace poco más de 25 años, cuando los científicos Hans Kosterlitz y J. Hughes aislaron las endorfinas por primera vez del cerebro de los cerdos.

“Las endorfinas son péptidos de 20 aminoácidos, que muestran un gran incremento en la sangre durante el ejercicio, también son liberadas durante el dolor o el estrés”, continuó el también Jefe del Laboratorio de Investigación en Microbiología Oral de la Facultad de Estomatología.

Señaló que estudios sugieren que la acidosis generada por el ejercicio induce la síntesis de endorfinas: “el ejercicio induce una acidosis en la sangre que aparece durante el ejercicio prolongado, cuando disminuye el aporte de oxígeno al músculo aparece una respiración anaeróbica, causa una acumulación de ácido láctico, esta acidosis estimula a la glándula pituitaria para producir endorfinas”.

Explicó a los jóvenes asistentes a la conferencia, que las endorfinas interaccionan con las neuronas aferentes, es decir aquellas que trasmiten el dolor al cerebro y se unen a los receptores para opioides de las neuronas (mu, kappa y delta).

Abundó que estas neurohormonas tienen un efecto antagonista sobre los receptores y bloquean la liberación de neurotransmisores de la terminal nerviosa, por lo tanto las señales de dolor no llegan al cerebro.

Asimismo expuso que los niveles sanguíneos de endorfinas incrementan hasta 5 veces su nivel basal después del ejercicio aeróbico, por lo menos 30 minutos, aunque esta medición varía de persona a persona y depende de la cantidad de ejercicio que practique de manera regular.

Es por ello que la práctica regular del ejercicio, sin llegar al agotamiento, produce una sensación similar a la de una droga excitante, por ello recomendó aumentar el ritmo y la frecuencia de la actividad física.

El investigador explicó que estas hormonas tienen una vida breve y son degradadas por enzimas que producimos de manera natural, “se trata de una medida sabia del cuerpo para que no queden ocultas señales de alarma y se sintetizan cuando realizamos algunas actividades que nos agradan, mejorando nuestra actitud y estado de ánimo”.

Por último Yáñez Santos recomendó evitar la rutina pues destruye lentamente las reservas de endorfinas, “evite la monotonía haciendo lo que más le llene, siempre que sea posible, la curiosidad y el interés por infinidad de temas y actividades mantendrán sus niveles de endorfinas en buen estado”.

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