Lado B
1925, 1926, 1927
Por Lado B @ladobemx
14 de febrero, 2012
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Alberto Espinosa / Etcétera Librería

@etclibreria

¿Cómo contar la historia hoy en día? ¿Para qué contar la historia una vez que se ha perdido la noción didáctica de la misma? Estas preguntas se hace Hans Ulrich Gumbrecht  en su obra En 1926: Viviendo al borde del tiempo (Universidad Iberoamericana, 2004). Gumbrecht, teórico literario alemán nacionalizado norteamericano, publicó la obra originalmente en 1997 por la Universidad de Harvard, su traducción, al español, aparece en la colección “El oficio de la Historia” de la Universidad Iberoamericana, colección de la cual se encuentran en venta varios títulos en la Librería Etcétera (incluyendo En 1926…).

Tras la posmodernidad, se pierde la fe en los grandes discursos, el historiográfico no es ajeno a esta crisis. Curiosamente, no un historiador, sino un teórico de la literatura ofrece una propuesta para renovar la forma de contar la historia, con este libro que interesa no sólo por su temática sino también por su estructura fragmentaria que nos recuerda a la Rayuela de Cortázar (No hace falta leerlo linealmente, está divido en entradas entre las cuales el propio libro nos va redirigiendo de una a otra. A final de cuentas, el lector elige a que redirección hacer caso y en qué orden leerlo.). Alejado así mismo de un tono narrativo, el autor salta abruptamente de una imagen (anécdota, dato, referencia) a otra, generando una sensación de simultaneidad fundamental para las pretensiones del libro. Esta estructura, sugiere en el autor, pretensiones literarias más allá de las de un texto historiográfico, resultando de esta forma una reveladora reflexión sobre el arte de historiar.

Gumbrecht elige una fecha de manera (o así parece) más bien arbitraria; elige el año de 1926 que no se trata de un año particularmente trascendental o paradigmático, al menos para la historia universal, y se decide de esta forma a extraer todo lo que pueda sobre este año, recurriendo a fuentes tan variadas como periódicos, afiches publicitarios, y desde luego, obras literarias, que son su campo de estudio. Los temas  por medio de los cuales el autor busca evocar este año (ascensores, boxeo, aeroplanos, gomina, americanos en París, tauromaquia –Hemingway se vuelve un motivo ineludible-) son aparentemente inconexos pero de una u otra forma logran relacionarse generando un pequeño sistema de auto referencialidad que sugiere que lo que no sucede en 1926 carece de importancia (no existe inclusive). De esta forma, el autor revive grandes celebridades del cine, el teatro de revista, los deportes, o autores de grandes hazañas para la ciencia y la tecnología, deteniéndose en momentos o anécdotas aparentemente banales pero que inunda de sentido a través de las conexiones entre los sucesos que poca a poco va tejiendo. De la misma manera puede hablar de Rodolfo Valentino, de Babe Ruth, de Walter Benjamin o de Roberto Arlt. A lo largo del texto, recurren como un especie de aparato cohesionador las ideas del filósofo Martin Heidegger sobre el ser y el tiempo, quién desarrollaba dichas ideas justamente en 1926.

Alejándose de un tono académico Gumbrecht nos presenta un libro de historia (si lo es también sería motivo de discusión) muy poco convencional, lleno de anécdotas  alternadas con reflexiones sobre la modernidad, la sorpresa del hombre ante sus propios avances tecnológicos, la angustia que estos mismos generan; donde cosas que para el hombre de principios del siglo XXI ya están perfectamente asimiladas resultaban novedosas y por tanto motivo de reflexión. Se describe, así mismo, la angustia ante la pérdida de las ideas religiosas que se van debilitando en la medida que el hombre adquiere control y dominio sobre todo el planeta (viajes a los polos, vuelos trasatlánticos, nadadores que atraviesan a nado el canal de la Mancha).

Gumbrecht indaga, así mismo en temas de género, nociones de individualidad frente a nociones de colectividad, el centro frente a periferia, la inmanencia y la trascendencia. No obstante, el libro no resulta un libro tedioso, para especialistas, sino un libro disfrutable para un público general. Narrado en presente, a final de cuentas la idea, como dice el propio autor, es hacernos olvidar por un momento que no vivimos en 1926. Decidir si se logra este objetivo ya es asunto de cada lector.

Los esperamos pues, con éste y otros títulos en Librería Etcétera, 6 Poniente #104, San Pedro Cholula.

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