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El decreto que elimina aranceles en la zona de la frontera noroeste afectará a la industria del país, no detonará el empleo ni la innovación y permitirá el dumping, coincidieron los académicos de la Universidad Iberoamericana Campus Santa Fe, Rebeca Munguía Aldaraca y Alejandro Rodríguez Arana Zumaya.

El pasado 20 de enero de 2012, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, a través de la figura de decreto delegado, suscribió el Decreto para la Competitividad y Reducción Arancelaria de la Zona Económica Fronteriza, mediante el cual autorizó la reducción a cero de 200 fracciones arancelarias que se suman a 204 que fueron eliminadas en diciembre.

La eliminación de los aranceles de más de 400 productos será de países asiáticos porque de acuerdo con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) los productos que vienen de Estados Unidos están libres de aranceles, siempre y cuando cumplan las reglas de origen, acotó el académico del Departamento de Economía, Alejandro Rodríguez Arana.

El investigador en crecimiento económico y finanzas internacionales de esta casa de estudios detalló que con esta medida aumentarán las importaciones, pero se debilitan las reglas de origen del TLC, se desprotege a la industria mexicana y se pierden recursos fiscales.

“Se genera un dumping, es decir, se introducen productos que artificialmente tienen un precio bajo que desplazan a los nacionales, en franca competencia desleal; como los de China, que si bien son bajos están relacionados con prácticas laborales que no son de lo mejor porque están hechos con jornadas de trabajo enormes y con salarios nimios”, aseveró.

El doctor en economía dudó que la innovación y el empleo se promuevan, sólo encuentra beneficios en la parte comercial, pero resultados negativos en la parte industrial, principalmente a las maquiladoras de la zona noroestense de México, Baja California y Sonora.

Por otro lado, la coordinadora de la Maestría en Derecho de los Negocios Internacionales, Rebeca Munguía, consideró que en el contexto, el asunto pendiente en la agenda del comercio internacional no puede ser la importación de bienes de consumo como los electrodomésticos o las bebidas alcohólicas, cuando la prioridad es lograr importaciones de alimentos básicos que estén escaseando o que estén caros como el maíz y el frijol.

Señaló que este decreto “apoyará al comerciante para que venda más, pero es algo aislado que no traerá un impacto significativo” porque sólo se beneficia al noroeste de la frontera con Estados Unidos.

La académica expuso que será muy difícil cambiar los hábitos de consumo de los mexicanos que habitan en la zona fronteriza, que prefieren comprar sus productos e incluso “cargar gasolina en el otro lado porque es más barato”.