Lado B
El fenómeno grupero
El género grupero no es del agrado de quien escribe esta columna, pero el nombre “Universo Acústico”, lo obliga así que dejen los pucheros a un lado, que la única función de la música es reflejar el modo de vida de una sociedad, distraerla o echarle más sal a la herida.
Por Lado B @ladobemx
12 de enero, 2012
Comparte

Eric David Montero

El género grupero no es del agrado de quien escribe esta columna, pero el nombre “Universo Acústico”, lo obliga así que dejen los pucheros a un lado, que la única función de la música  es reflejar el modo de vida de una sociedad, distraerla o echarle más sal a la herida.

Por mucho tiempo el género grupero fue acuñado como un gusto musical para la clase media y baja de la sociedad mexicana, para “nacos” pues, como se dice coloquialmente.

En los bailes de agrupaciones como Banda El Limón, El Recodo, Calibre 50, Pesado, Saúl el Jaguar o Yaguarú, y demás ya es más común encontrarse desde amas de casa, mecánicos o carniceros, hasta licenciados, médicos o estudiantes de distintas universidades.

El movimiento ha traspasado la frontera con Estados Unidos, generando identidad a quienes se van en busca del sueño americano, y se la pasan de un lado a otro, de Estados Unidos a México. Entonces escuchan a Julion Alvares y su Norteño Banda, Grupo Liberación, Los Nuevos Elegantes, Jenny Rivera, Intocable, Espinosa Paz,  mientras trabajan en los campos de Texas o en restaurantes neoyorquinos, al ritmo de bajo sexto, acordeón y tuba.

Alumnos de secundaria, preparatoria, universitarios, familias con niños en brazos, mala fachas, uno que otro cholo y parejas de novios llegan a  los conciertos, para ver tocar a los grupos que escuchan en la radio como: Palomo, Lupillo Rivera, Pesado, K-Paz de la Sierra, Cuisillos y demás. Corean sus canciones y tratan de conseguir algún autógrafo, o una foto con Yaguarú, edecanes voluptuosas.

El fenómeno grupero ha incluido gran número de ritmos, el bolero, norteña, duranguense, banda sinaloense, incluso rock y pop. La original Banda el Limón, le hizo un homenaje a Caifanes, al grabar “no dejes que”; Enrique Búmbury integró una banda sinaloense y a un mariachi en su disco “Pequeño”; Aleks Sintek hizo lo propio con la canción “Intocable”, y ni hablar de Nortec Collective y la banda Aguacaliente de Tijuana, que han grabado sesiones y realizado giras en el país y en Estados Unidos. Lo cual ha sido aceptado por el público grupero y amantes del rock.

En 2009, cuando el guitarrista de Caifanes, Alejandro Marcovich, estuvo presente en Puebla, dijo que “el rock mexicano está de capa caída por autocomplaciente. Y esto en gran medida se debe a la medianidad y mediocridad de los proyectos, que carecen de calidad”, y refirió que las canciones de Alejandro Fernández e Intocable son producciones de mayor calidad.

Más que un género musical, el fenómeno grupero se ha convertido en un estilo de vida, arraigado en la identidad de los mexicanos, mexico-americanos y por qué no decirlo de latinoamericanos.

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion