La clase política estuvo presente. El gobernador fue cobijado por dos de las mujeres más influyentes en la política mexicana, la maestra Elba Esther Gordillo y Beatriz Paredes. Llegaron también los dirigentes nacionales de todos los partidos y 11 gobernadores del país. No todos estuvieron, faltó Manuel Bartlett, candidato de las izquierdas y algunos más.
El Centro Expositor fue el escenario por el que desfilaron los políticos, rectores, empresarios y medios de comunicación. El mensaje fue claro. El gobernador llama a funcionarios de primer nivel a no participar y se declara fuera de la campaña hacia la Presidencia de Ernesto Cordero, a quien apoyó en su primera visita a Puebla como precandidato.
Ahora no. Los candidatos están fuera del trabajo gubernamental, declaró Moreno Valle.
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Las obras monumentales que se están haciendo en Puebla fueron los logros que resaltó con vehemencia el gobernador.
¿Cómo beneficiarán estas obras a los pobres, ya que de acuerdo a cifras dadas a conocer por el gobierno del estado, somos el cuarto estado más pobre del país?
¿Y los saludos personales del gobernador que son siempre una señal en la política, fueron dados a solo algunos de los asistentes. Llama la atención la camaradería con los perredistas como Jesús Ortega. Y los panistas poblanos, que opinan?
Y rescato la opinión de una académica tan respetada como Lilia Vélez, catedrática de la Upaep, refiriéndose a los informes de gobierno: “este tipo de eventos tan majestuosos me parece que no son tan republicanos como deseamos, me parece que hay un gran énfasis en la personalidad”.