• Antonio Gali cuestionó la inversión, aunque a Juan Carlos Espina le parece normal que un ex mandatario conserve su equipo de seguridad
• La PGJ y la SSP asignaron siete y 13 agentes, respectivamente, a la seguridad del ex mandatario

Joseline Santos Enríquez

@joss_santos

Para algunos diputados locales es excesivo el presupuesto que destina el gobierno morenovallista para pagar la escolta asignada al ex mandatario estatal, Mario Marín Torres, e incluso no descartaron derogar el decreto que avala el gasto; aunque para otros, es una erogación necesaria que no requiere ser modificada.

Foto: Joel Merino.

Después de que Lado B diera a conocer que la administración estatal contempla de manera anual un recurso de 5.4 millones de pesos para pagar prestaciones y salarios de una veintena de agentes adscritos al equipo de seguridad del ex funcionario, el coordinador de diputados del PRD, Antonio Gali López, opinó que el gobierno estatal debe reconsiderar los acuerdos establecidos con la gestión que lo antecedió, entre ellos el mencionado.

“Estamos conscientes que en cuestiones políticas se generan acuerdos para generar gobernabilidad, pero creo que se deben revisar muchos convenios, no sólo de seguridad (…) se debe generar una perspectiva minuciosa para que no le cueste tanto a la gente”.

El legislador sugirió que el gasto, que calificó como obsesivo, puede ser reorientado a áreas relacionadas con desarrollo social, salud, educación, apoyo a grupos vulnerables, entre otros.

Sobre el particular, el secretario de la Comisión de Seguridad del Congreso local, Filiberto Guevara González, dijo que los funcionarios públicos que dejan el encargo y pretendan conservar a su personal de seguridad están obligados a pagarles salario, prestaciones y equipo con recursos propios y no del erario.

Aunque dijo desconocer el “acuerdo que establece los lineamientos para la asignación del servicio de seguridad pública para ex servidores públicos del gobierno del estado” diseñado por Marín Torres y publicado en el Periódico Oficial 40 días antes de dejar el cargo, el priísta señaló que los diputados deberían estudiar el tema y analizar si tienen facultad para modificar el decreto.

“Tenemos que ver en la Comisión de Gobernación ese decreto porque también esta Legislatura tiene la facultad de volver a legislar, si vemos que no es conveniente que se destine tanto dinero, pues sí tendríamos que derogar eso”.

Quien no coincidió con sus correligionarios fue el presidente de la Comisión de Gobernación del Congreso local, Juan Carlos Espina von Roehrich.

Desde su punto de vista “es normal” que los ex funcionarios conserven a sus equipos de seguridad durante un tiempo considerable, incluso mencionó que a nivel federal y en otros estados es una práctica común.

“Que el estado garantice la seguridad de los titulares del Poder Ejecutivo de periodos pasados como una medida me parece normal y es perfectamente entendible. Los montos, desconozco la cantidad que se pueda manejar, no soy experto en la materia, no te podría decir si es mucho o poco, pero en el hecho en sí yo no veo ningún problema”.

La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJ) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) asignaron a siete y 13 agentes, respectivamente al personal de seguridad del ex mandatario, quienes gozan de prestaciones de ley.

Adicional a lo anterior, los agentes deben contar con arma de fuego, identificaciones y vehículos, según estipula el decreto impulsado en los últimos días del sexenio anterior. Sin embargo los ex servidores públicos poblanos no son los únicos que cuentan con estos beneficios.

De acuerdo con información publicada por el diario Milenio, los ex gobernadores del Estado de México cuentan con tres guardaespaldas, un jefe de seguridad, chofer y una secretaria, esto debido a que en 1993 el entonces mandatario Ignacio Pichardo Pagaza promulgó un decreto similar al impulsado por Mario Marín cien días antes de dejar el cargo.

Los ex funcionarios que gozan de este beneficio son Arturo Montiel Rojas, Emilio Chuayffet Chemor, César Camacho Quiroz, Alfredo del Mazo y Alfredo Baranda.