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Paco Coca

@PacoCoca

Noche helada en Puebla. En Los Fuertes la temperatura era aún más baja, igual dentro que fuera del Centro Expositor, sede de la función de box bautizada como “La batalla por Puebla”, con dos encuentros estelares que decepcionaron al público que se dio cita en el recinto sin llenarlo.

Los combates estelares se realizaron temprano con todo el glamour de las funciones sabatinas televisadas. Cámaras y luces vieron caer a la estrella poblana, pero fue después de las peleas estelares que vino lo mejor, los boxeadores locales –que ni siquiera estaban incluidos en los carteles promocionales de la función- animaron al público que decidió quedarse y calentaron una función que parecía destinada a congelarse.

Dos peleas titulares encabezaban el cartel. En el turno semifinal, el poblano Samuel “Sammy” Gutiérrez defendía el cetro de plata minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el celayense Armando Torres. Resulta curiosa esta costumbre de defender un título que no existe, ya que lo que el CMB pomposamente llama campeonatos de plata, es lo que normalmente se conoce como título interinos, los cuales solían ratificarse (y perder esta calidad de interinos) en la primera defensa. La proliferación de cinturones conviene tanto a promotores como a organismos y por ello, el poblano realizó una segunda defensa del “campeonato” de plata.

El oriundo de San Martín Texmelucan llegó a su combate con una marca de 26 peleas ganadas, 17 por nocaut, cinco derrotas y dos empates. Enfrente tenía a Torres (16 ganadas, 11 KOs y ocho perdidas). Sonó la campana y el visitante fue duramente castigado por el local ante el vitoreo del público, que sólo abucheaba cuando el retador se quejaba de los constantes golpes bajos del campeón. Más de una vez estuvo a punto de caer a la lona, pero aguantó y cuando parecía que tenía perdida la batalla, atacó con todo al poblano que no supo cómo defenderse del sorpresivo golpe de zurda.

Era el octavo asalto cuando “Samy” cayó de espaldas y aunque logró levantarse, no fue capaz de defenderse del ataque de su rival. El réferi detuvo la pelea al minuto con 56 segundos del round 8, para decretar el nocaut técnico y la victoria para Torres, que celebraba eufórico sobre el ring. Las cámaras de televisión retrataban al ganador mientras el público aplaudía al poblano mientras éste se levantaba con trabajos.

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Vino el turno del muy publicitado Dante “Crazy” Jardón (19-1, 17 KO’s), quien buscaba su sexto triunfo del año mientras ponía en juego su cetro mundial juvenil de peso súperpluma del CMB ante el japonés Kyohei Tamakoshi (27-7-6, 10 KO’s).

El mexicano nunca pudo contra la velocidad del asiático, que al final del segundo round lo mandó a la lona, mientras el réferi, en una actitud más propia de las luchas que del box, se negaba a empezar la cuenta y pedía al oriental que se fuera a su esquina, mientras daba tiempo al mexicano para levantarse.

En el tercer round, el japonés volvió a conectar de derecha a un campeón que a esas alturas ofrecía muy poca resistencia. No quedaba nada más que detener la batalla, con resultado de nocaut técnico al minuto con 41 segundos a favor de Tamakoshi, que celebró ante los aplausos de los presentes, para llevarse a casa el cetro juvenil y la oportunidad de disputar en 2012 el campeonato absoluto de su división.

Una parte del público se levantó de sus lugares y abandonó el Centro Expositor, las gradas se vaciaron y la gente se acomodó en el ringside. Los poblanos subieron al cuadrilatero, que sin cámaras de televisión permitía una mejor visibilidad desde las butacas y disputaron seis combates más.

Jesús Olivares, en primer turno, calentó la función con una dura batalla a cuatro rounds. Otros locales como Juan Conde, Juan Sevilla, Óscar Varela e Iván Meneses también fueron parte de esta noche de puños en Los Fuertes. Llegó un dramático nocaut y a las butacas llegaron más cervezas que le dieron por fin a la velada un ambiente más propio de arena de combates que el que tiene este moderno inmueble donde se celebró la función.

Pocos se quedaron hasta el final del último combate, aunque los que lo hicieron, salieron satisfechos por el espectáculo brindado por los púgiles que salieron en los turnos finales.