Lado B
Los bebesaurios del sindicalismo poblano
La búsqueda de la perpetuidad del poder, herencia de un sistema que no ha muerto
Por Lado B @ladobemx
09 de noviembre, 2011
Comparte

Son líderes y les encanta llamar y que los llamen así. Buscan la perpetuidad del poder. No son dinosaurios… todavía. Aunque ésa es la meta.

Lado B

@earoche | @joss_santos | @pacococa | @melyarel | @florecitacoca

Israel Pacheco

Ilustración: El Gato Pachón.

La camioneta llegó sin prisa. Dejó con lentitud el pavimento del bulevar San Felipe y entró en el estacionamiento del salón Extravagance. Tras abrirse las puertas del vehículo cuatro pares de zapatos tocaron el piso con la certeza de que 60 minutos después de la hora pactada la fiesta aún no había comenzado. Los invitados, que fueron obligados a pagar 250 pesos por persona para organizar la celebración del onomástico del líder vitalicio de los trabajadores del ayuntamiento capitalino –sin contar los 300 que se les descontaron para el regalo—, tendrían que esperar 30 minutos más antes de que Israel Pacheco Velázquez llegara finalmente a su mesa para que se comenzara a servir la comida: crema de nuez, espagueti, pierna almendrada y rebanada de pastel, aderezado todo por música de cuerdas y un sax.

Nadie intentó sacar el celular para tomar fotos, no hubo flashes que acompañaran el paso del joven que ingresó como trabajador del departamento de limpia y que en el año 2000, apoyado por el entonces presidente municipal, Mario Marín Torres, se encaramó a la dirigencia del Sindicato Único de Empleados y Trabajadores del Honorable Ayuntamiento de Puebla e Instituciones Paramunicipales (Suethapip) para ya no soltarla.

Y no los hubo porque los delegados sindicales habían amenazado a sus representados con sanciones y reprimendas al que osara hacerlo. Buscaban impedir que los inconformes con la dirigencia vitalicia que se regaló Pacheco Velázquez en octubre de 2007 –en el trienio de Enrique Doger— cuando obtuvo su segunda reelección y logró las modificaciones necesarias a los estatutos, filtraran a medios de comunicación las pruebas de la celebración.

Y la amenazaba había surtido efecto. Cómo no hacerlo si se conocen las suficientes historias de trabajadores y trabajadoras caídas en desgracia a los ojos del líder que terminaron en el “gulag” de este personaje.

María Juana Villafaña Tello es uno de esos casos. Empleada del ayuntamiento por más de 10 años vivió en piel el hostigamiento, el destierro a una de las siberias de Israel Pacheco. “Áreas de castigo”, las llama ella. Los cientos de trabajadores que tributan cada 15 días su cuota sindical, también les llaman así. Áreas como “Parques y Jardines” a cargo de Héctor Coba Carvajal; el panteón municipal, que controla otro de los Pacheco Velázquez, o el Antirrábico.

En ese destierro las jornadas de trabajo se alargan a voluntad y malos tratos físicos y verbales son moneda de cambio, así lo narró a este reportero la que fuera candidata a diputada federal por el PT en el 2009. La causa asegura, su activismo político. La conclusión a su historia aún no puede contarse, el caso llegó a tribunales laborales y ahí sigue analizándose.

Terminada la comida y luego del show del “Mariachi Estrella”, Israel Pacheco tomó el micrófono para enviar un mensaje a sus agremiados, había logrado negociar con la administración de Blanca Alcalá algunos bonos y 90 nuevas plazas más para seguir basificando a los trabajadores que para ese momento sumaban ya más de 2000 sindicalizados, lo que le ha permitido manejar en 10 años más de 26 millones de pesos entre cuotas sindicales y aportaciones directas del ayuntamiento.

Concluido el anuncio, Israel Pacheco apuró su trago y salió. La fiesta, para él, había terminado. (EA)

René Sánchez Juárez

Ilustración: El Gato Pachón.

Constantino Sánchez Romano, el eterno líder sindical priísta heredó el puesto a uno de sus hijos, al frente de la FROC-CROM. René egresó de la Universidad de las Américas, una de las principales críticas que le hacen los trabajadores es que nunca fue obrero, a diferencia de su predecesor.

Sus hermanos, Constantino y Jaime, también han formado parte de esta organización, que varias veces ha sido calificada de “negocio familiar”. El primero como secretario de Conflictos y el segundo como asesor pese dirigir la Federación Mexicana Sindicalista.

La FROC fue la organización sindical que más creció durante el sexenio de Manuel Bartlett, pero ahora sólo tienen cerca de 40 sindicatos agremiados, a diferencia de la CTM que tiene más de cien.

Una de las bases del gobierno priísta en las ciudades, la Federación Regional de Obreros y Campesinos (FROC) y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) “también ha adoptado la política que soporta el PRI al aceptar salarios bajos para atraer inversiones extranjeras y crear empleo”, postulan Jeff Hermanson y Enrique de la Garza Toledo en su ensayo “El corporativismo y las nuevas luchas en las maquilas de México: el papel de las redes internacionales de apoyo”.

En el año 2002, durante la huelga de trabajadores de la maquiladora coreana Kukdong, instalada en Atlixco, Sánchez Juárez y fue acusado de golpear salvajemente y mandar al hospital, bajo el amparo de los granaderos que los acompañaban, a cinco líderes de los trabajadores que ya antes se habían inconformado por estar representados por la FROC-CROM sin su consentimiento. Práctica que habría de repetir a principios de este año, cuando encabezó a un grupo de golpeadores en la Central de Abasto para hacerse del control de la Unión de Introductores y Productores de Frutas, Legumbres, Flores y Otros AC tras el fallecimiento del anterior líder, Juan Hernández.

René Sánchez Juárez apoyó abiertamente a Mario Marín, quien en 2008, durante una toma de protesta del Comité Ejecutivo Estatal de la central, destacó que durante su gestión los afiliados “nunca tuvieron necesidad de salir a la calle para ser escuchados”.

Durante el trienio de Blanca Alcalá al frente de la capital poblana, Sánchez Juárez, en su papel de regidor de Gobernación, fue el encargado de autorizar casi cien mil pesos para un criticado viaje que realizó un grupo de sus compañeros a Francia, cuando regidores de otros estados recibieron menos de 80 mil pesos para participar en el mismo congreso.

Diputado en la L Legislatura por el distrito 22 con cabecera en Tlatlauquitepec y en la LIII por el distrito 11 con cabecera en Chiautla de Tapia, Jorge René, al igual que su organización, siempre ha sido siempre tricolor, aunque recientemente Enrique Núñez especuló en su columna Contracara que Sánchez Juárez podría cambiar de colores y aceptar una candidatura de la probable coalición de partidos de izquierda (PRD, PT y Movimiento Ciudadano), para la diputación federal por el distrito 4 con cabecera en Zacapoaxtla, algo que sorprendería poco en estos días que los priístas hacen campaña con cualquiera. (PC)

Leobardo Soto

Ilustración: El Gato Pachón.

El diputado federal por mayoría relativa conoce y aplica el consejo de “el que se mueve no sale en la foto”, por ello no se ha apuntado para una senaduría. Qué más da, si por el momento ya aseguró otros seis años al frente de la CTM, reelegido “por aclamación” con Joaquín Gamboa Pascoe levantándole una mano y Rafael Moreno Valle Rosas la otra.

Leobardo es lo que se llama un auténtico cachorro del sistema. Nació y se crió en Rafael Lara Grajales admirando el liderazgo obrero de su padre. Estudió en una academia de la CTM, de donde se tituló como abogado laborista. Desde sus épocas estudiantiles formó parte de las juventudes cetemistas, eran los tiempos de Blas Chumacero y Fidel Velázquez, cuando el sindicalismo en el país se volvió más poderoso incluso que la Iglesia católica.

Con tan sólo 32 años comienza a dirigir la central obrera convirtiéndose así en el líder sindical más joven del país.

Fiel al aprendizaje del sistema y con un natural olfato político ha sabido posicionar a la CTM, nacida en 1936 con Vicente Lombardo Toledano a la cabeza, por encima de otras organizaciones comparable, quizás, con la fuerza que tuvo la FROC cuando fue gobernador Manuel Bartlett.

A sus 40 años ya puede presumir de ser uno de los personajes más poderosos de Puebla, a quien lo mismo le rinde pleitesía el gobernador panista Rafael Moreno Valle, que el rector de la BUAP –sin filiación oficial, pero más identificado con el PRI-, Enrique Agüera.

Por supuesto también hay que considerar el poder que per se ha heredado la CTM desde que lograron colocar a sus líderes en curules federales; de hecho en manos de Soto estaría el otorgamiento de dos candidaturas para disputar sendas diputaciones priístas en los próximos comicios. El éxito casi siempre está garantizado con los votos de aproximadamente 70 mil agremiados en el estado y el control de 116 sindicatos.

Con semejante estructura es comprensible que al cruzazulino nunca le falten aplausos; e incluso, para no dar lugar a errores, sus hermanos le organizan las porras y los vítores. Pero que no se diga que sólo es apto para los tediosos actos protocolarios de homenajes, entrega de premios a trabajadores deportistas o de diplomas a estudiantes cetemistas, de toma de protesta y de cualquier evento en donde las palabras y frases más usadas son “líder”, “el señor gobernador”, “compañeros”, “unidad” y “clase obrera”, no, claro que no; también lanza críticas al gobierno y le reprocha a su partido, el PRI, que les nieguen espacios y, si es necesario -dicen- no teme enfrentarse a puño limpio.

Leobardo Soto, sin embargo, no tiene enemigos políticos, o al menos no declarados. Su gran aliado es el sindicato que dirige y desde el cual se puede dar el lujo de negar el apoyo a personajes como Javier López Zavala para el Senado –“no mames, vamos a perder” le habría dicho a Alejandro Armenta cuando se lo pidió-, y sugerir en cambio a Blanca Alcalá. (MA)

Refugio Rivas

Ilustración: El Gato Pachón.

“Le pedí el apoyo a Alberto González, le pedí el apoyo a Lastiri, le pedí el apoyo a Zavala, a Óscar Aguilar, le pedí el apoyo a Ricardo Monreal, le pedí el apoyo a Andrés López Obrador. Todo mundo dice que te apoya y que está contigo, pero yo no veo claro”, se queja Refugio Rivas Corona.

Y es que mientras estuvo en los cuernos de la luna, al frente del Sindicato Único de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (Sutcobp) todos lo seguían, todos le pedían apoyo para las campañas electorales, lo mismo el PRI que el PRD, todos, pero cuando necesitó apoyo, todos lo traicionaron, dice Cuco, como lo conocen en el gremio.

Con la llegada del morenovallismo a Casa Puebla inició su debacle, aunque hay quienes dicen que no fue por revanchismo sino porque el propio líder propició su caída, 8 años al frente del sindicato le fueron insuficientes pues quería el puesto 6 más.

Para concretar su aspiración, en el mes de febrero cambió los estatutos, con lo que su reelección por un tercer periodo sería legalmente reconocida por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA), además aumentó el periodo sindical de 4 a 6 años. Las cuentas no le salieron y antes de que la Junta local reconociera el cambio de los estatutos, las elecciones para renovar al Comité se llevaron a cabo (en abril). Las ganó, sí, porque fue el único participante. Sin embargo la autoridad laboral reviró y le negó la toma de nota porque no había validado los estatutos recién modificados, así que para la Junta los vigentes eran los anteriores. Desde entonces inició una pugna legal.

De inmediato el nicho de poder fue peleado por Ricardo Ordaz Pérez, afín al gobierno panista, quien formó un sindicato alterno. Casualmente la nueva organización no tuvo obstáculos para obtener su toma de nota, tampoco para firmar el Contrato Colectivo con la autoridad estatal.

La inequidad de la JLCA fue duramente cuestionada por el ex líder, quien orquestó una serie de manifestaciones en diversos municipios del estado, el más recordado fue en Huauchinango donde sus adeptos lograron encarar a Moreno Valle, a quien por cierto se le juntaron dos manifestaciones más, por lo que tuvo que salir casi huyendo de la plaza.

Marchas, bloqueos de avenidas, acusaciones, críticas y denuncias siguieron a tal suceso, incluso la Secretaría General de Gobierno intervino en el problema y propuso mesas de trabajo para solucionar el conflicto.

De pronto nada. Refugio Rivas dejó de ocupar los titulares de los medios de comunicación local, ya no criticaba al gobierno morenovallista, ya no amagaba con bloquear carreteras, ni con organizar plantones frente a Casa Aguayo. Trascendió que a Cuco le ofrecieron un puesto en la Secretaría de Educación Pública, lo cual rechazó, por lo menos mediáticamente, pues dijo que “no ha cesado en la lucha sindical”. (JS)

Los antecesores

Sabemos que los dinosaurios se extinguieron, en México no fue así. Recordamos a líderes sindicales eternos en sus puestos y que dirigieron los destinos del país junto con los presidentes priistas durante más de 70 años.

En Puebla, recordamos a:

Foto tomada de e-consulta.com

Blas Chumacero, eterno líder de la CTM, quien nació en 1905, fue obrero textil y desde 1951 presidió la Federación de trabajadores de Puebla, filial de la CTM, y muy viejo y cansado se tuvo que retirar en 1996 porque ya no le quedaban fuerzas para seguir.

Fue diputado federal seis veces y en dos ocasiones senador de la República: 40 años ocupando una curul. Fundador del PNR, (después PRI) en 1929, aprovechó al máximo su carrera política. Murió en 1997.

Antonio J. Hernández, el cacique de Atlixco. Nació el 6 de enero de 1904 y desde los 8 años inició su vida laboral como obrero textil en la fábrica de Metepec. Estuvo alejado de su terruño y a los 25 años de edad regresa para reincorporarse a la misma fábrica que tenía en un solo turno a mil 500 obreros. Ahí nació el llamado “cacique regional sindical” que obtuvo a partir de ese momento el control total de la CROM.

J. Hernández luchó a brazo partido por desaparecer la influencia de la CTM en su región y lo logró. En 1948, todas las textileras estaban afiliadas a la CROM. Su poderío económico y político era enorme.

Intransigente y autoritario, no permitió nunca que alguien lo contradijera. El miedo, los asesinatos y las venganzas a los opositores marcaron su paso por la central más poderosa de la región. Padrino de decenas de niños cada año, no había quien ignorara quién era Antonio J. Hernández

Constantino Sánchez Romano, el diputado federal y líder eterno, comenzó desde abajo, era reconocido como muy trabajador, obrero y pobre en sus inicios. Llegó a dirigir la FROC-CROC en la década de los años setenta. Diputado local en la XLIII legislatura, no olvida la terrible derrota que sufrió por parte del PAN en 1973, cuando aspiraba a la diputación federal.

Su confederación ha sido heredada sin miramientos a dos de sus hijos: René y Constantino, todavía dirigentes de la Federación.

En su memoria se instituyó la medalla al mérito social “Constantino Sánchez Romano”. (FC)

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion