Rosana Renau Aymamí

El relativismo extremo es siempre conservador porque justifica la falta de opiniones tras conceptos como “culturas o fundamentos religiosos diferentes”, es por eso que uno debe tener suficiente información antes de dar una opinión ya sea a favor o en contra de algún evento o fenómeno social.

En lo personal tengo opiniones encontradas respecto a la poligamia como forma de familia. Según Lévi-Strauss esta es sólo la suma de varias familias monogámicas y nada más complejo que eso, a mí no me queda tan claro.

A partir de juicios en contra de polígamos en EU y, de cierta información del aumento de esta forma de familia en zonas rurales de México, aparecen otra vez mis dudas y los comentarios al respecto con los que no estoy del todo de acuerdo.

Por una parte se asume que esta forma de vida es degradante para las mujeres, sólo por definición, es decir, por comparación con el matrimonio monogámico y heterosexual que hemos aprobado como “normal” en nuestras culturas. ¿cómo compartir  el estatus de esposa sin sentirse degradada?, ¿cómo aceptar que tu marido te sea infiel bajo tu mismo techo cuando la fidelidad es uno de los pilares fundamentales de la propiedad privada, del matrimonio y de su preservación? La respuesta a estas preguntas hace parecer que sí, que la poligamia es degradante para las mujeres.

Más aún, la poligamia otorga poder a los hombres porque es una muestra de la capacidad económica tanto como tener tierras o ganado.  Esta es una competencia entre hombres que los organiza jerárquicamente. En este sentido también es degradante, las mujeres  se convierten en medidas de riqueza.

¿Cuál es mi problema con estas cuestiones? Primero, que no se ha escuchado la voz de las mujeres en casi ningún caso. Uno de los juicios en EU me permitió escuchar a las esposas y a los hijos de un caso con 6 esposas y 38 hijos mantenidos por el padre fundamentalmente y apoyado por el trabajo de todos.  Más allá de una lógica a la que no estamos acostumbrados (las mujeres son las que proponen matrimonio, por ejemplo) ningún miembro de la familia se quejaba de los arreglos establecidos.

¿Puede esto favorecer a las mujeres de algún modo? En comunidades, donde ésta es la forma de familia más general, es probable que las mujeres no tengan opinión (mundo musulmán, por ejemplo) pero en los lugares donde las mujeres lo hacen voluntariamente debe haber algunas razones.

Regresando a los testimonios del juicio pareciera ser que entre las 6 esposas había muy buenas relaciones y gran colaboración. Las tareas del quehacer (que pueden imaginar con 38 hijos cuanto es) están  distribuidas entre ellas según a quien le guste hacer que, el cuidado de los hijos es colectivo, las labores de cuidado de la granja y el trabajo que se requiere se hace entre todos, incluidos los hijos mayores.

Parece ser que también favorece a las mujeres, no sólo en este reparto de tareas sino también en la solidaridad y el apoyo que encuentran entre ellas y para sus hijos. En estas formas de organización el quehacer ya no es más esa actividad que hacen las mujeres solas tras las puertas, es una tarea colectiva que se comparte, al igual que la maternidad.

Económicamente parece que, para el hombre o la familia tiene como ventaja que sólo hay que mantener un hogar, en lugar de casa grande y casa chica.  Con la actual crisis en la que estamos viviendo un retorno a las familias extensas (para poder compartir gastos, tareas y tiempos) esta no parece una mala opción.

Creo que valdría la pena indagar un poco más…

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