La humillación es el rechazo de los seres humanos, en tanto seres humanos.

Margalit.

Jesús Robles Maloof

Hay tragedias que se viven para toda la vida. El mayor de dolores sucede cuando, como decía mi abuela Alicia, una madre entierra a su hijo. Mi tío Roberto murió apenas niño y cada vez que escribo mi nombre lo recuerdo. No lo conocí, pero conocí a mi abuela que habló de él hasta sus últimos días. Tampoco conocí a Yeyé, pero conozco dos personas excepcionales, Julio César Márquez y Estela Báez sus padres.

Julio como buen norteño, tiene el talento natural para decir las cosas con claridad y contundencia, lo que no impide que muestre a cada paso la enorme sensibilidad que refleja el amor que tiene por su familia y por la gente de bien que le rodea. En otras ocasiones he reunido en mi blog algunos sus relatos, Ubaldo López y el “saco de cemento” y 6 frases estúpidas sobre la guardería ABC, no se los pierdan.

Hace unos días Julio relató en twitter algunos aspectos poco conocidos sobre la tragedia. Los reúno aquí para no olvidarlos, porque la desmemoria es la complicidad del crimen,

En el crimen de la guardería ABC hay notas que no son muy conocidas. Si me permiten, iré dando a conocer algunos de estos puntos con el hastag #ABCsabianqué:

Después del 5 de junio de 2009, Eduardo Bours ordenó a sus secretarios que visitaran a nuestras familias y les hicieran ofrecimientos materiales.

Los ofrecimientos de Bours incluían visitas al delfinario de San Carlos, reparaciones en las casas y dinero en efectivo entre otras cosas.

El 6 de junio de 2009, mientras decenas de familias velábamos por la tarde a nuestros hijos, Gildardo Urquídez hacia una demanda por daños a su local. (dueño de la guardería ABC).

El  Arzobispo Ulises Macías escribió una carta aval de honorabilidad para los dueños de la guardería ABC  y en su último párrafo escribió: “con alegría extiendo la presente”.

Las primeras fianzas que impuso el Juez a los dueños de la guardería ABC fueron por 2 mil pesos, menos de la mitad de una multa por conducir ebrio.

No podremos regresar esas 49 vidas que perdimos el 5 de junio. Al menos como sociedad podemos acompañar las demandas de justicia y evitar que algo así vuelva a suceder. De los gobiernos en México no espero mucho, lo mínimo justicia y respeto a las víctimas aunque han hecho lo contrario.

Felipe Calderón visitó un año después Hermosillo, mantiene en su cargo a quienes han sido responsables del sistema de guarderías. Guillermo Padrés, sostiene a Abel Murrieta procurador negligente a pesar de haberse comprometido a retirarlo. Eduardo Bours sigue libre haciendo negocios, sigue durmiendo como un bebé. Los dueños de la guardería ABC, familiares de las cúpulas económicas y políticas de este país, pasean libres por Sonora. Daniel Karam ha sido premiado por el ITAM por su “excelente gestión pública”. Todas estampas de la humillación.

La humillación niega en la víctima su condición de dolor, su humanidad. Cuestiona las mismas bases de la convivencia social fundadas en la cooperación y la empatía. Quienes humillan desean recordar que su poder se ejerce sobre la herida abierta de quien sufre, envían el mensaje que el arrepentimiento no existe. Las anécdotas que Julio recopila, nos recuerdan que en nuestra sociedad y en nuestro gobierno, se ejerce la crueldad impunemente.

Contra la crueldad, el amor y la solidaridad. El amor de las madres y los padres de la guardería ABC, que trascendiendo su dolor luchan todos los días para que, nunca en nuestro país, su tragedia sea la tragedia de otras familias. A pesar del intento de humillación por el poder, la lucha edifica la dignidad de uno de los mayores movimientos sociales de nuestra historia reciente. Gracias por siempre.