Lado B
La Cienciología llegó a Puebla, y no sólo a través de la SEP
El culto, considerado de cuidado, tiene años intentando introducirse en México
Por Lado B @ladobemx
02 de octubre, 2011
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Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Ángeles V. conoció el libro “Aprendiendo a Aprender” la primera vez que estuvo en el sexto piso de Chapultepec 540, el sitio donde se encuentran las oficinas del Instituto Tecnológico de Dianética, la filosofía sobre la que se basa la Iglesia de la Cienciología, una iglesia que en México y en otros países, especialmente europeos, funciona como una Asociación Civil, pues el permiso para operar como Asociación Religiosa les ha sido negado.

Llegó hasta ese lugar en el Distrito Federal después de que quien entonces era su jefe en una empresa relacionada con el diseño gráfico le ordenara asistir para después comenzar a divulgar y transmitir las enseñanzas de los cienciólogos entre el resto de los empleados.

“Me mandaron junto con una compañera para que conociéramos El Manual Básico de Estudio para supuestamente mejorar el trabajo, pero me parece que en el fondo era una especie de gancho, además la idea era que después nosotros enseñáramos al resto de los trabajadores las técnicas que aprendiéramos”, cuenta la joven mujer.

“Hay cosas ahí que me parecen difícil de creer, ¿ya viste el libro? Según esto, una de las primeras barrera de estudio es ‘la falta de masa’, es decir del objeto de estudio, dice que si no tienes masa puedes comenzar a aburrirte, a bostezar, que te sientes mal”, el libro también sostiene que puedes sentirte “como si todo te diera vueltas. Sin energía o enojado. Puedes acabar sintiendo el estómago raro, con dolor de cabeza o mareado, y muy seguido te dolerán los ojos”.

En ese primer y único curso que recibió, Ángeles también conoció “El camino a la felicidad”, la guía moral que promueve la religión que fundara en 1952 el escritor de ciencia ficción L. Ronald Hubbard, y que la propia Iglesia ofrece como uno de sus cursos de introducción.  Los mismos materiales que la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado distribuyó hace unas semanas entre 3 mil profesores acompañados por una carta firmada por el titular de la dependencia sugiriendo su uso: “No dudo que dicho paquete educativo será incorporado con éxito como material de apoyo en su plan de estudios”.

Después, luego del que tema escalara en los medios de comunicación locales y nacionales, la SEP Puebla reculó y mandó una carta a medios afirmando que la entrega del “paquete educativo” se hizo “sin tener un carácter normativo u obligatorio en su uso para los maestros, los cuales pueden utilizarlo libremente y en función de su criterio amplio y formado”.

El material, a decir de la SEP, fue donado por la organización Entiende Más Logra Más –cuya dirección encabeza Marinela Sertvije–, que a su vez los recibió de la organización Applied Scholastic, uno de los brazos “sociales” de los cienciólogos.

Un culto de cuidado

Especial

Citado por la revista Proceso, que en su número 1822 que circula esta semana retoma el tema, el psicólogo español Miguel Perlado, presidente de la Asociación Iberoamericana para la Investigación y del Abuso Psicológico, entidad especializada en daños provocados por las sectas, advierte que Applied Scholastics es una fachada de la Cienciología:

“Empiezan repartiendo de manera masiva unos folletos relacionados con técnicas de estudio o mejora del aprendizaje. Desde hace años están intentando introducirse en escuelas públicas de México.

“Están en instituciones privadas. Estas escuelas operan bajo distintos nombres y en ocasiones no se evidencia su conexión directa con la Dianética. Hay una carga muy fuerte de contenidos vinculados a la cienciología, cosas que ellos niegan sistemáticamente. Dicen que toman fundamentos de Hubbard y de su visión de la realidad, pero las directrices de la cienciología están marcadas de manera evidente.”

Desde la óptica de Ángeles el material en sí puede no resultar peligroso, el problema está en quedar atrapado dentro de la organización –término que usan los cienciólogos para referirse a su iglesia— “porque todo ahí es carísimo, cada curso, libro hay que pagarlo; y porque creen en cosas muy raras. De entrada aseguran que la psicología y la psiquiatría no sirven para nada, pero lo que hacen cuando ‘auditan’ a alguien es una cosa muy parecida al trabajo del psicólogo, pero además tampoco dejan que se acuda al médico. Dicen que si alguien se siente mal es porque actuó de mala manera, y que basta con escribir en un papel las acciones ‘hostiles’, repasarlas para evitarlas en el futuro y con eso basta».

“Me pasó que una vez que me sentí mal, el que era mi jefe le dijo a su secretaria que me pusiera en ‘presente’ y que con eso me iba a sentir bien, no me dejaron regresarme a mi casa ni nada, ¿puedes creerlo?”

“Criticamos a los creyentes de otras iglesias, los Testigos de Jehová por que prohíben a sus fieles las transfusiones sanguíneas, y acá están igual”.

Por si fuera poco, Miguel Perlado, citado por Proceso, sostiene también que “desde el nivel clínico, las personas y sus familiares resultan afectadas por la cienciología. Pasan por alejamiento de la familia, cambian actitudes vitales, hay ruptura con los seres cercanos, cambian amistades, hay radicalismo. Buscan partir en dos tu personalidad y dar un giro para que asumas la práctica”.

La cienciología en Puebla

En Puebla, además de la distribución del “paquete educativo” a cargo de la SEP, la Cienciología también ha encontrado cabida en uno de los fraccionamientos más exclusivos de la capital poblana, La Vista Country Club.

De acuerdo con vecinos de esa lujosa zona en donde los terrenos se pagan en dólares, la Cienciología llegó hace poco más de año y medio y ha ganado adeptos en el todo el fraccionamiento, al grado de que ahora para formar parte de la asociación de colonos se debe ser prácticamente de la religión de Hubbard, de otra manera no hay entrada.

Por lo pronto, y de acuerdo con el portal e-consulta, “el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, se pronunció en contra de la distribución de libros de Cienciología en escuelas públicas”, pero sólo si se difunde como creencia religiosa, porque si se difunden “en los libros aspectos motivacionales, entonces no habría ningún problema ya que todo lo que ayude a mejorar los niveles de aprendizaje son positivos”.

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