Paco Coca

@pacococa

Especial

A pesar de que oficialmente el sábado fue el arranque del Festival Internacional de Cine de Morelia, no fue hasta este domingo que aparecieron las cartas fuertes cuando los directores Volker Schlöndorff y Luis Valdéz, y las actrices españolas Marisa Paredes y Elena Anaya se presentaron ante el público mexicano.

Schlöndorff asistió al preestreno de su más reciente película, La mer á l’aube, basada en documentos, cartas y memorias, además de una novela escrita por Henrich Böll y los diarios del oficial nazi Ernest Jünger, quien vivó de cerca la ocupación alemana en París y fue uno de los más grandes críticos desde dentro del régimen encabezado por Hitler.

La cinta relata un día de la ocupación alemana en Francia –el 20 de octubre de 1941-, donde tras el asesinato de un oficial nazi por parte de unos comunistas franceses, el Fürher ordenó la ejecución de 150 rehenes franceses.

Él director alemán reveló que esta era la primera vez que veía su película en pantalla grande, ya que recién la terminó de editar el miércoles pasado, apenas a tiempo para el Festival, por lo que en tono de broma pidió indulgencia a los presentes, “si no funciona volveré a trabajarla, su reacción será muy importante para mi”, mencionó antes de dar inicio a la proyección.

La cinta conserva la crudeza que a caracterizado a Schlöndorff a lo largo de su carrera. La mer á l’aube es un acertado retrato de la ambigüedad que hay en una guerra dentro ambos bandos, además del miedo que surge en los momentos que anteceden a la muerte, ya sea la propia o la que un soldado está a punto de causar.

Volker Schlöndorf conoció esa historia en su adolescencia cuando estudió en un internado en Francia, pero fue hasta hace tres años que un periodista le mostró un libro que había escrito sobre el suceso. A partir de ese momento, el cineasta recabó toda la información posible para crear esta cinta tomando algunas libertades creativas.

Schlöndorff dice que su regreso a una historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial no significa una obsesión con ese momento histórico, “no es una apología de la guerra”, comenta. Podría ser la época medieval, no es la época, sino el ser humano y su reacción en esos periodos turbulentos lo que le interesa.

Como parte de la retrospectiva de su obra, también se presentó la versión restaurada de la primera cinta de Schlöndorff, El joven Törless, una historia acerca de la tortura que unos jóvenes inflingen a un compañero judío dentro de una academia militar a principios del siglo XX, ante la mirada impasible del protagonista de la historia. Esta cinta fue el detonante del nuevo cine alemán, movimiento al que también pertenecieron cineastas como Wim Wenders,  Marguerite Von Trotta y Werner Herzog –presente en Morelia con su más reciente documental.

También se realizó una función especial de Zoot Suit con la presencia de su director, el chicano Luis Valdéz.

La cinta cumple treinta años de haberse estrenado y sigue igual de vigente que en 1981. Sorprende ver la amplia gama de recursos teatrales y cinematográficos que Valdéz incorpora en una narración llena de flashbacks y de rompimientos que algún espectador llamó “brechtianos”, en una cinta realizada al menos diez años antes de que estos elementos narrativos se volvieran comunes en el cine.

La velada terminó con el estreno en México –con dos funciones llenas a reventar- de la última película del director español Pedro Almodóvar, La piel que habito. Las actrices Elena Anaya y Marisa Paredes estuvieron presentes en la función. Esta última entrega del cineasta manchego, inspirada en la novela Tarantula de Thierry Jonquet, narra la historia de un cirujano plástico, que tras perder a su esposa en un accidente, secuestra a una mujer para injertarle una piel sintética creada por el, piel inmune a cualquier daño externo. Esta película marca el reencuentro entre Almodovar y el actor Antonio Banderas, protagonistas de varias de sus primeras cintas.