• Cazadoras fascinantes, asesinas que curan, asesinas seriales

  

  Foto: Juan Romero

“Amanecía y era hora de ir a buscar alimento, salió para ver que conseguía… Ellas ya lo estaban esperando. Algo llamó su atención, se desplazó para alcanzarlo, lo que encontró no era lo que esperaba, trató de alejarse, no lo consiguió, entre más luchaba por alejarse disminuía su capacidad de movimiento, pudo ver que se acercaban sus congéneres, trató de advertirles, no lo logró. Ya no podía moverse. Pasó un buen tiempo y empezó a sentir calor, se estaba quemando… y eso fue lo último que sintió.”

Juan Romero Arredondo*

Mi primer encuentro con ellas me sorprendió, ¡ahí estaban!: PLANTAS CARNÍVORAS, no lo podía creer, me fascinaron y desde ese día empecé a convivir con ellas.

No sabía nada sobre ellas y aún así compre una Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula) y, como era de esperarse, se me murió. Creo que compré otras tres, que corrieron la misma suerte. Decidí hacerme de otra, pero ahora sí, me puse a buscar cómo cuidarlas.

Foto: Juan Romero

Lo primero que cuestioné fue por qué el nombre de carnívoras si no comen carne. Esto es muy común y más cuando hablas con biólogos, inmediatamente respingan y con justa razón (con lo cual dejo salir mi ego profesional). El término adecuado para denominarlas debería ser plantas insectívoras, incluso este fue el nombre que se les dio en un principio; Darwin en 1875 publicó un libro con el título de “Plantas insectívoras”. Sin embargo, actualmente se les da ese nombre a nivel mundial ya que en sus trampas pueden quedar caer, además de insectos, pequeñas ranas, lagartijas, pájaros e incluso ratones (aunque francamente  creo que es porque el término carnívoras es más espectacular, no es lo mismo decir: “Tengo una planta insectívora” que “Tengo una planta CARNÍVORA”).

 Posteriormente supe que para ser considerada planta carnívora se deben reunir tres características:

1. Atraer a la presa
2. Tener adaptaciones específicas (trampas) para atrapar la presa.
3. Digerir y absorber a la presa (mediante enzimas digestivas, hongos simbióticos, bacterias, etc.).

Foto: Juan Romero

Pero: ¿Por qué una planta requiere atrapar insectos para sobrevivir si desde la primaria nos enseñan que las plantas producen su propio alimento (son autótrofas) y son el primer eslabón de la cadena alimenticia? ¡Los que cazan y atrapan son los animales, y con estas plantas sucede lo contrario! La explicación de este comportamiento es la siguiente: estas plantas viven en lugares  muy pobres en nutrientes (principalmente nitrógeno), en estas condiciones, capturar insectos, digerirlos y asimilar sus proteínas (ricas en nitrógeno) es una forma de obtenerlos.

Sus métodos para capturar y digerir a sus presas están entre lo fascinante y lo terrorífico. Están aquellas cuyas hojas modificadas funcionan como una trampa para osos: Una vez que la presa entra en la trampa, esta se cierra y es imposible abrirla (p. ej. Venus atrapamosca). En otras (p. ej Drosera y Pingüicula), las hojas tienen pelos que producen sustancias pegajosas. Por último están las que sus hojas se transforman en urnas o jarros coloridos y olorosos llenos de líquido, en donde caen las presas y se ahogan.

La digestión de las presas es realizada por sustancias químicas llamadas enzimas y su producto es absorbido por la planta.

Al seguir investigando supe que no sólo era carnívora la especie que compré, sino que  existían muchas más  (ver Tabla 1).

Tabla 1. Tipos y distribución de las plantas carnívoras

Foto: Juan Romero

En México podemos encontrar tres géneros: Pingüicula (44 especies), Utricularia (19 especies) y Genlisea (1 especie), encontrado apenas en 2002, lo cual indica la falta de estudios que faltan por hacerse al respecto de este grupo de plantas en nuestro país.

En cuanto su cultivo, si bien en un principio me costó trabajo (¡y dinero!, son plantas caras), una vez que se logra mantenerlas vivas y adaptarlas resulta muy agradable su cuidado. Existen muchas formas de cultivarlas, pero los cuidados básicos son:

a)      La “tierra” (sustrato) donde se plantan debe ser pobre en nutrientes. Lo más común es usar un sustrato llamado “esfagnum”, que actualmente se puede conseguir en el mercado de Nativitas, en Xochimilco o en Home Depot (este no es un mensaje pagado).

b)      La mayoría requiere de mucha luz pero no directa, es decir, deben de colocarse en lugares bien iluminados, pero que no les “pegue” el sol directamente.

c)      En cuanto al agua, se recomienda regarlas con agua de lluvia o destilada, pero una vez adaptadas las podemos regar con agua del garrafón (es mucho más barata) e incluso experimentar con agua de la llave.

d)     La temperatura, de manera general, debe mantenerse de 20 a 30º C, pero esto puede variar dependiendo de la planta.

e)      Casi todas necesitan de ambientes bastante húmedos, por lo que se recomienda colocarlas dentro de recipientes (p. ej. peceras).

f)       No obstante lo paradójico que parezca, las plantas carnívoras también sufren de plagas, lo ideal es mantenerlas sanas para que no sean atacadas por insectos dañinos.

g)      NUNCA DEBEN  FERTILIZARSE.

Foto: Juan Romero

*Egresado de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza. Profesor del módulo de Morfofisiología vegetal del Laboratorio Investigación Formativa V del 5º semestre de la carrera de Biología. Áreas: Cultivo de tejidos vegetales, propagación vegetal. Grupos vegetales en estudio: Cactaceas, orquideas, carnívoras. Actualmente realiza investigaciones con Bursera linaloe (árbol del que se obtiene la madera para las cajitas de olinala), Tlahuanca (una guayaba silvestre) y Salvia hispanica (Chia). Intereses: Difusión de la ciencia, Educación a distancia, desarrollo de material didáctico.